La hora del adiós

Anteayer, en estas mismas páginas, escribí que era urgente que Kylian Mbappé saliese del PSG porque se había estancado, porque no había progresado tanto como se merece su talento. Ahora, después de su mejor partido con la camiseta del club de la capital francesa y después de su magnífico triplete en el Camp Nou y del inmenso impacto mundial que supuso esta hazaña, creo que su adiós es todavía más necesario. Porque todo ello se ha realizado sin Neymar sobre el césped. Creo que esta ausencia ha sido clave. El brasileño es la gran estrella del PSG y todo apunta a que firmará pronto un nuevo contrato con ellos.

Mbappé no puede seguir siendo el número 2. Necesita ser, como el martes en Barcelona, el número 1, el foco de atención de todos sus compañeros y el receptor de los mejores balones. Así, y solamente así, podrá engrandecerse y convertirse en el mejor del mundo. Algo que autorizan su juventud y su talento. Además, el nivel mediocre de la Liga francesa representa otro freno que debe desterrar cambiando de escenario futbolístico. Y por supuesto la Liga española y el Real Madrid aparecen como los destinos ideales para que este gran jugador pueda crecer y entrar, un día, en la leyenda de este bonito deporte. Hace un par de años, la madre de Mbappé le confesó a un amigo mío que estaba escrito que Kylian jugaría un día en el Madrid. Este día debe llegar muy pronto.