Dacia Duster o el triunfo de la lógica
La segunda marca del Grupo Renault se ha convertido en una alternativa valiosa para todos aquellos que priorizan una compra inteligente, también entre los todocaminos
Dacia es todo un fenómeno de ventas en el mercado español, al igual que en algunos otros. La marca de bajo coste (aunque olvidemos las posibles connotaciones negativas de esta definición) del Grupo Renault se revela como una alternativa más que válida para muchísimos compradores, también en el pujante segmento de los SUV.
El todocamino Duster representa a la perfección una filosofía que encaja en el pliego de condiciones de un perfil de automovilistas más amplio de lo que se pudiera imaginar. Usuarios que buscan un coche sencillo, fiable, sin alardes tecnológicos, que cumpla con sus necesidades y que disfrute del siempre importante valor añadido de un precio ajustado. Es decir, aquellos que precisan de un medio de transporte funcional y accesible, que rehuyen al mismo tiempo de lo superficial o innecesario.
El Duster está lejos de ser el SUV más atractivo del mercado, parece evidente dejando al margen que las cuestiones estéticas se antojan siempre subjetivas. Ha mejorado respecto a la anterior generación y ahora aparece más moderno, un avance que se aprecia igualmente en su interior.
El habitáculo sigue siendo sencillo y con materiales que cumplen con corrección, incluyendo las versiones superiores detalles de equipamiento que hasta hace poco eran impensables en la marca.
Dacia ofrece, incluso, soluciones mecánicas como un híbrido de gasolina y gas licuado del petróleo (GLP), dos combustibles para alimentar de forma indistinta un tres cilindros de 100 CV: no es un prodigio de refinamiento ni prestaciones, lo que no significa que defraude las exigencias de conductores tranquilos y sin grandes pretensiones.
Además, gasta muy poco y el ahorro será significativo cuando funcione con GLP (0,7 euros el litro como precio medio ayer), sin que existan diferencias de rendimiento entre uno y otro combustible. En marcha es cómodo aunque al mismo tiempo poco ágil en curva, mientras que la frenada es mejorable (tambores traseros). Pero, ¿se puede pedir más por 20.000 euros?