Esprint agónico
El Madrid visita al Zenit en un duelo directísimo por meterse en playoff ● El calendario, un desafío
Al Madrid le queda un esprint agónico, como al Valencia y al Baskonia, por tratar de meterse entre los ocho primeros que jugarán el playoff previo a la Final Four. No deja de hacerlo, por cierto, desde 2012, en la primera temporada de Laso, cuando tropezó en un grupo con el Montepaschi Siena y el Bilbao Basket. El inesperado traspié en la pista del Khimki, que venía de 17 derrotas seguidas, saca un poquito más a la luz unas limitaciones de plantilla agravadas por las lesiones (Llull y Rudy siguen de baja y Thompkins se mantiene como duda) y le complica mucho el pase a cuartos. En el Mytishchi Arena solo había perdido el Estrella Roja.
A los blancos les faltan muchas cosas, primero dirección y un referente exterior, y después un relevo de Tavares y un sustituto para Randolph, además de una buena planificación para no descabalgar con los cupos y quedarse sin una base sólida de jugadores de formación. Y le faltan como mínimo tres victorias, quizá cuatro, en las siete jornadas que restan para estar dentro (luego ya, la magnitud del cruce y el factor cancha en contra sin público, o con pocos aficionados, será harina de otro costal). Sus tres próximos partidos (hoy el Zenit, en un duelo directísimo en su cuarto día seguido en tierras rusas; el próximo jueves 11 el Barça y el 18 el CSKA, ambos en el Palacio y todavía con bajas) pueden resultar decisivos.
19 o 20 victorias. Si no araña ningún triunfo en esos tres compromisos, podría llegar a las cuatro últimas jornadas con la obligación de tener que ganarlo todo: al Asvel Villeurbanne en Francia, al crecido Anadolu Efes de Larkin y Micic y al Olympiacos en el WiZink Center, y en el desafío final, al Fenerbahçe en Estambul.
Queda claro, debió vencer al Khimki el martes, pero perdió ante un rival en ruinas en la última jugada y por un punto (78-77). Ganarle al Zenit de Xavi Pascual hoy, la revelación del curso, podría compensarlo en parte. La victoria ayer del Fenerbahçe en Milán deja en la tabla a seis equipos, del tercero al octavo, separados por una sola victoria. La volata más ajustada que se recuerda.