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La euforia se prolonga

Berenguer rompió en el 92’ otro 1-1 que parecía cantado ● Abrió el marcador muy pronto Villalibre, falló un penalti Raúl y lo niveló Molina

- ALFONSO HERRÁN /

En el Athetic se ha declarado el estado de optimismo y no sólo por las gestas y el disfrute en las eliminator­ias. Esa corriente eufórica también se traslada y goza ahora en LaLiga. Y todo por Berenguer, que está tocado por una varita mágica. Siete goles y dos asistencia­s para el crack del momento. Cuando el partido ante el Granada parecía finiquitad­o, apareció su bota prodigiosa, cazando con la zurda un balón suelto tras una buena jugada. Le dio con todo. Mucha fe.

La vía hacia la Europa League por el torneo de la regularida­d es posible para los leones, que marcaron muy pronto, renunciaro­n a la sentencia con un penalti fallado por Raúl García, y se vieron empatados por Molina. El 1-1, ese resultado tan machacón que hasta irrita a Marcelino, se esfumó por la fe de un navarro indómito. El propio Molina tuvo en el sorbo final la puntilla, pero no pudo acertar. El Molde les espera ya a los nazaríes en octavos de la Europa League.

Marcelino quiere obras cumbres, que se note su sello, manejar equipos de autor. Y su mano imprimió huellas claras en el partido desde la alineación inicial. Si en la semifinal de Copa de Orriols sorprendió que no metiera cambios hasta la prórroga, esta vez desató una revolución salvaje. Balenziaga formó por primera vez como central titular en una línea defensiva de cuatro. Ibai se estrenó esta campaña en el once, y mira que ha habido partidos como el de Ibiza contra equipos de menor rango, mientras que Lekue se acomodó en el lateral izquierdo. Con respecto al jueves, sólo repitieron dos jugadores, el lógico del portero y un Núñez con quien se pactó 45 minutos para él y la misma ración, en el segundo tiempo, para Yeray. Estos movimiento­s en el tablero también se hacen básicos para ganar finales, como esas dos que esperan en el plazo de 14 días a partir del 3 de abril. Que parece un trabajo lejano pero no está tanto. Y el miércoles hay partido, en el Wanda nada menos.

Aunque el Granada había tenido una semana de tormento, con doce bajas, al final presentó un equipo bastante apañado y reconocibl­e, con nueve primeros espadas, podría decirse que todos menos Quini y Vico.

El partido se desperezó chispeante, con mucho ritmo. A los tres minutos ya había dado noticias. Una combinació­n desde la izquierda entre Morcillo, Sancet y Villalibre derivó en el 1-0. El Búfalo hizo un gesto de nueve puro, de depredador del área, orientando la bola de espaldas, girándose veloz ante Germán y clavando el estoque. El barbudo ariete juega con su cuerpo como nadie. Un tanto tan cercano al pitido inicial (el tercero más madrugador en Liga en la historia del nuevo San Mamés) siempre reconforta y ayuda a tener más autoestima, sobre todo en un bloque con tantos meritorios. Se hacía raro ver al Athletic sin un tanto en contra de inicio y con brazos fuertes para nadar contra corriente.

El Granada no recibió con amargura el gol, eso sí. Se echó al monte con una presión alta y provocó ciertas dudas entre los leones. Algo efímero, porque el Athletic estaba fluido, andaba jovial por los últimos metros del campo. Raúl falló con el estoque y Molina empató. Hasta que pidió paso Berenguer en otra noche heroica.

 ??  ?? Zapatazo de Berenguer, que desniveló el marcador en el descuento ante el Granada en San Mamés, con Raúl García muy atento a la jugada.
Zapatazo de Berenguer, que desniveló el marcador en el descuento ante el Granada en San Mamés, con Raúl García muy atento a la jugada.

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