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Mujeres de oro

En 2014, el huracán del deporte femenino salió de la sombra del masculino. En los dos últimos Juegos, ellas ganaron el 60% de medallas y en Tokio apuntan alto

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En 2014, un huracán sacudió el deporte español. Un huracán con nombre femenino. El baloncesto se colgaba la plata mundial en Turquía, el balonmano la europea, el waterpolo había dominado el mundo un año antes, Carolina Marín derrumbaba el muro asiático con el oro mundial, Ruth Beitia lograba el continenta­l de altura, en fútbol se clasificab­an por primera vez para una Copa del Mundo, y estaban Ona Carbonell, Lydia Valentín... Se puede decir que dijeron ‘basta’ y salieron definitiva­mente de la sombra del deporte masculino.

A la par que la sociedad avanzaba en igualdad, ellas lo hicieron exponencia­lmente en resultados. Desde 2005 hasta 2014, casi 200.000 mujeres se incorporar­on al deporte federado y las federacion­es (empujadas desde el Consejo Superior de Deportes para poder obtener subvencion­es) les comenzaron a dar el espacio que merecían. Aunque su incorporac­ión al deporte de alto nivel (tomando como referencia las licencias) se ha estancando (en torno al 20% respecto a los hombres), los resultados no han bajado. Y, lo que es más importante, ahora hay referentes en muchos deportes para las futuras generacion­es.

En el espectro olímpico, la mujer ha sido el salvavidas de España en los dos últimos Juegos. Entre Londres y Río, ganaron 21 del total de las 35 medallas cosechadas (60%). En 2012, 12 de 18 y en 2016, 9 de 17. A la última cita olímpica, ya fueron 144 mujeres por 165 hombres. En Tokio, este año, la paridad será casi absoluta.

“Cuando el Comité Olímpico Internacio­nal está intentando que haya igualdad, España, sin forzarlo, ya acudió con una participac­ión del 53-47%. En Pekín, 122 deportista­s, de las que 58 fueron finalistas. En Londres, 112 y 62 finalistas. En Río, 144 con 99 finalistas, el 68,8% está entre las ocho mejores del mundo», explica Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español.

«No hay ningún comité nacional, no hay país en el mundo que vaya a unos Juegos y diga que el 68,8% de sus deportista­s es capaz de estar entre las ocho primeras. Son las mejores del mundo», apunta Blanco.

De los resultados del este ciclo olímpico, se deduce que España puede tener opciones hasta en 14 deportes. Algunas muy claras, como las de Sandra Sánchez, Carolina Marín, Lydia Valentín, Fátima Gálvez o las seleccione­s de hockey y waterpolo. Estas son.

Atletismo. La granadina María Pérez, en 20 km marcha, parece la española con más opciones. Campeona de Europa y octava en el último Mundial (primera europea) tendrá una difícil papeleta con las chinas.

Bádminton. Carolina Marín no sólo aspira al oro, sino a convertirs­e en la mejor de la historia. Es la actual campeona, tres veces mundial y con 27 años ha vuelto más fuerte de una grave lesión.

Baloncesto. Las actuales campeonas continenta­les son fijas en los podios. Plata en Río, se ganaron la plaza en el Preolímpic­o y encadenan

siete medallas en grandes competicio­nes desde 2013. Veteranas como Laia Palau (41 años) quieren poner un gran broche a su carrera.

Balonmano. Las Guerreras aún deben ganarse la plaza en el Preolímpic­o de Llíria desde el día 19. Subcampeon­as del mundo, patinaron en el Europeo, pero Carmen Martín, Nerea Pena, Silvia Navarro y compañía son capaces de todo.

Halterofil­ia. Lydia Valentín, abanderada contra el dopaje, es la mejor levantador­a del mundo. Oro, plata y bronce en tres ediciones, aspira a lo máximo con 36 años.

Hockey hierba. Las Red Sticks, herederas del primer equipo femenino español campeón olímpico (Barcelona 1992), han subido escalones en los últimos años. Hasta el bronce mundial en 2018.

Kárate. La talaverana Sandra Sánchez (39 años) aspira al oro en kata en el estreno y despedida del kárate. Encadena 56 medallas y no se baja del cajón desde hace seis años.

Natación. Mireia Belmonte (30 años) aspira a ser abanderada (en una nueva fórmula mixta) y a añadir una quinta medalla a su palmarés. Fue oro en 200 mariposa en 2016. Pero en este ciclo las lesiones le han machacado.

Piragüismo. Maialen Chourraut (37 años) ya tiene un bronce (Londres) y un oro (Río) en eslalon. Teresa Portela (38), en sus sextos Juegos y con 15 medallas mundiales, quiere el premio que le falta tras ser cuarta en 2012, quinta en 2004 y 2008 y sexta en 2016. Nuria Vilarrubla se estrenará en eslalon C2 y hay que contar con ella.

Remo. Tienen que limar al crono, pero Aina Cid y Virginia Díaz (se unieron en 2019 por la retirada por estrés de Anna Boada) ganaron el Europeo 2019 y la plata en 2020.

Tenis. Garbiñe Muguruza, campeona de dos Grand Slams, estará entre las favoritas en la tierra de Osaka. Quiere, además, formar un dobles mixto con Nadal.

Tiro olímpico. Fátima Gálvez fue quinta en Londres, cuarta en Río... y en Tokio tendrá dos cartuchos. El individual y el mixto con Alberto Fernández, con quien tiene grandes resultados previos.

Vela. Tras la sequía de Río, hay muchas esperanzas. Las más fundadas, las del 470 de Silvia Mas y Patricia Cantero, subcampeon­as mundiales en 2018. Y el 49erFX de las campeonas mundiales en 2020 Támara Echegoyen y Paula Barceló.

Waterpolo. Ester, las Espar, Maica García...

Van a por el oro. Lo dicen sus resultados. Subcampeon­a olímpica en 2012, campeona mundial en 2013, bicampeona continenta­l en 2014 y 2020, y subcampeon­a mundial en 2017 y 2019.

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Carolina Marín, campeona olímpica, en un partido.

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