Cambio de chip
Zidane pide a la plantilla un esfuerzo final para ganar los cuatro partidos que quedan, empezando por un triunfo ante el Sevilla que puede suponer el liderato
Tras lamerse las heridas que ha dejado la eliminación europea en el feudo del Chelsea, el Real Madrid cambia el chip y se centra en el único objetivo que puede convertir esta temporada en exitosa: la Liga. Zidane ha pedido a la plantilla un último esfuerzo, sabiendo que varios jugadores están al límite de sus fuerzas, para ganar los cuatro partidos que quedan y poder optar así al título. Empezando por el Sevilla, mañana (21:00h.), un duelo clave en la pugna por el liderato: Barcelona y Atlético se miden hoy y cualquier resultado que no implique un triunfo rojiblanco pondrá la Liga en bandeja para el Madrid, que pasará a depender de sí mismo. Si el Atleti pincha, el Madrid será campeón ganando las cuatro jornadas que le restan: ante Sevilla (en casa), Granada (fuera), Athletic (fuera) y Villarreal (en casa). Sin la Champions, el Madrid pone todos los huevos en la cesta de la Liga Santander.
Zidane hizo una petición similar a la plantilla el curso pasado, tras el confinamiento, y la respuesta del grupo fue ejemplar. El Madrid regresó a la competición tras el parón por la pandemia de coronavirus a dos puntos del Barcelona, el líder, y encadenó diez victorias seguidas para hacerse con el título con una jornada de margen. En la undécima, ya sin nada en juego y plagado de suplentes, levantó el pie del acelerador y empató en Leganés. El técnico marsellés solicita ahora de sus futbolistas lo mismo que entonces: solvencia defensiva para evitar desventajas innecesarias y que el Madrid recupere el olfato goleador, que ha perdido recientemente, con cuatro partidos sin marcar de los últimos siete. En ese aspecto, confía Zizou en Benzema, su hombre-gol con 28 dianas, y que los que orbitan a su alrededor (Hazard, Vinicius, Rodrygo, Asensio...) espabilen en ese aspecto.
Dentro del vestuario saben que este sprint final por la Liga no es importante únicamente por el hecho mismo de levantar un título; también porque podría ser el último de Zidane como técnico del Real Madrid. En el club blanco no se piensa en un relevo para el marsellés, incluso si no se gana la Liga. Florentino Pérez comprende que Zizou ha conducido el barco todo lo lejos que le ha sido posible, devolviéndole a las semifinales de la Champions y peleando por la Liga hasta el final, con una plantilla cargada de años y asolada por los problemas musculares y la COVID-19.
El adiós. En el Madrid se huelen que Zidane puede decir adiós al final de este curso y los jugadores quieren que, si llega el caso, lo haga levantando su 12º título como
El reto
El Madrid no revalida un título de Liga desde la campaña 2007-08
entrenador. Y que sea con la Liga, la competición por la que Zizou siempre ha mostrado mayor devoción, incluso por encima de una Champions que ha conquistado tres veces como primer técnico, otra como segundo de Ancelotti y una más como jugador del Madrid, voleón por la escuadra incluido. Tras ganar la primera de las dos Ligas que ha sumado como entrenador merengue, en Málaga, se mostró exultante: “Hoy sí puedo decir que estoy contento. No hay palabras para definir lo que siento, me gustaría subirme a la mesa y ponerme a bailar...”.
El reto para el Madrid es importante, pues su relación con la Liga en el siglo XXI ha sido tormentosa mientras veía cómo el eterno rival, el Barcelona, congeniaba mucho mejor con el torneo de la regularidad: de las últimos 20 Ligas, el Madrid se ha llevado siete y el Barcelona, diez; si se toma como muestra sólo las diez últimas ediciones, los culés se imponen seis a tres. Y el Madrid viene presentando enormes dificultades para revalidar títulos ligueros: no lo hace desde que encadenase dos Ligas en las temporadas 2006-07 y 2007-08, con Capello y Schuster en el banquillo en cada una de esas temporadas, respectivamente.
El reto empieza este domingo, en el Di Stéfano ante el Sevilla (21:00 horas, Movistar LaLiga). Todo pasa por una victoria ante los de Lopetegui que alivie el dolor europeo del Madrid, rumbo a la que sería la Liga número 35 del plamarés madridista.