AS

Una asistencia al Real Madrid

El miedo a perder puede más que el ansia de ganar en un partido horrible Los blancos, beneficiad­os Busquets y Lemar se lesionaron Messi se topó con Oblak y junto a Ter Stegen fue el más destacado del Barça

- SANTI GIMÉNEZ REPORTAJE GRÁFICO RODOLFO MOLINA

Lo peor que podía pasar para Barcelona y Atlético de Madrid se escenificó en el Camp Nou con un empate a cero entre dos equipos que buscaban LaLiga y que ayer decidieron, que si la ganan, será por futura incomparec­encia del Real Madrid, el máximo beneficiad­o ayer de un encuentro en el que hubo por ambas partes más miedo a quedar como un héroe que a equivocars­e. Atlético y Barça eludieron sus funciones y decidieron que, en todo caso, si el Madrid les regala LaLiga, la aceptarán. Pero que ir por ir, es tontería. Que en el partido decisivo del campeonato se mirara el reloj pensando cuándo se iba a acabar tamaño peñazo, da qué pensar.

Cada uno de los dos entrenador­es ofreció una sorpresa en su once titular, que en principio venía a asentar un planteamie­nto por ambas partes que demostrara que era día grande en el Camp Nou. Día, como decía el General Prim, de “caja o faja”: o se acababa en la caja de pino o se ganaba la faja de general en la batalla.

Por eso, cuando se vio que el Barcelona salía con Mingueza en vez de Araújo para primar el control del balón por encima del físico de Araújo, pareció una apuesta atrevida. Lo mismo pasaba con el Atlético, donde Simeone, que había ensayado toda la semana con Kondogbia, sorprendió al dar entrada en el equipo de salida a Correa.

Sobre el papel, se iba a ver un gran partido, porque ambos equipos el día D decidieron ir al ataque. Pero una cosa es lo que se plantea sobre el papel y otra lo que pasó en unos 45 minutos de más que respeto entre ambos equipos. Koeman y Simeone salieron a lo que ahora se llama madurar el partido, que no es más que salir con un cagazo del quince.

Primaba la paciencia en ambos lados a la espera del error del rival. De salida, ninguno de los dos equipos pareció haber aprendido la lección del Granada o de San Mamés. El miedo a perder les podía más que las ganas de ganar.

Donde sí tuvieron que intervenir los técnicos antes de lo que tenían previsto fue ante las respectiva­s lesiones de Lemar y de Busquets. El francés se lesionó muscularme­nte antes del cuarto de hora y entró en su lugar Saúl. La baja del Barça fue mucho más sensible, tanto por el afectado como por el sustituto. Cayó Busquets a la media hora de juego tras un golpe en la cabeza contra Savic y el Barça perdió al que estaba siendo hasta el momento su mejor hombre. En su lugar entró

Ilaix, al que le costó toda la primera parte entender dónde estaba y que no tiene, ni por asomo, los recursos del de Badia.

Ante este cambio de escenario, El Atlético subió una marcha para explotar el desastroso costado derecho del Barça, donde Dest y Mingueza ya no tenían a nadie que les corrigiera.

Se acercó el Atlético mediante Carrasco obligando a Ter Stegen a parar más sustos que balones mientras el Barça seguía inane en ataque, a excepción de un arranque de Messi, que desmontó a seis defensores atléticos antes de que Oblak enviara el único disparo blaugrana en la primera parte a córner.

La sensación al descanso era que faltaba que alguien se decidiera ir a por el partido. El Barça, para hacerlo tenía que cambiar muchas cosas, el Atlético, ser consciente de lo que se jugaba.

Koeman retiró del campo a Mingueza para dar entrada a Araújo y el Barcelona notó que ganaba más peso en el partido. La defensa blaugrana cerró el boquete de final de la primera parte y en ataque, a pesar de que el partido seguía viviendo en el territorio de la prudencia, fue el equipo de Koeman el que pisó más el área. Ilaix y Piqué forzaron a intervenir a Oblak con su solvencia contrastad­a y Araújo vio cómo le anulaban un gol en claro fuera de juego. En un ataque de imprudenci­a, Koeman le dio diez minutos a Dembélé, y Simeone descubrió que tenía a João Felix en el banco. El 0-0 final sólo lo celebró el Real Madrid.

 ??  ?? Ter Stegen y Luis Suáres se encaran en un momento de la jugada en la que el delantero uruguayo reclamó un penalti, mientras Lenglet y Savic observan a ambos.
Ter Stegen y Luis Suáres se encaran en un momento de la jugada en la que el delantero uruguayo reclamó un penalti, mientras Lenglet y Savic observan a ambos.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain