“Nado para disfrutar, no debo cargar con presión” Hugo González
Hugo González (Palma, 22 años) no es un nadador corriente. Primero, por su talento, que le permite ganar tres medallas en unos Europeos o ser el mejor júnior en los Mundiales 2017. Pero también por su mentalidad. Centrado en sus estudios, la natación es un aspecto más de su vida.
Hugo González asomó con fuerza en 2015, cuando con apenas 16 años ganó dos medallas en el Mundial júnior. Acudió a los Juegos de Río y en 2017 sumó otras cuatro medallas júnior en Indianápolis. Se fue a estudiar a Estados Unidos donde ha pasado por tres universidades... Y llegó la COVID-19. Alejado del prototipo de deportista obsesivo, el mallorquín (22 años) se va con oro, plata y bronce de los Europeos de Budapest. Ha llegado su momento.
—¿Llegaba a Budapest con esas expectativas?
—Quería competir sin fijarme en los tiempos. Es un error plantear una competición en base a las marcas. Nos guiamos por sensaciones. Y salió muy bien.
—¿Notó más la exigencia física o mental?
—A nivel físico no fue un campeonato muy duro, salvo el tercer y el cuarto día. Fue más difícil gestionar la parte emocional y la recuperación después de las medallas.
—A diferencia de otros campeonatos, España llevó a 27 nadadores. ¿Se sintió más arropado?
—Siempre que el equipo es mayor hay más gente apoyando. Es más fácil tirarte al agua con ganas.
—¿Y en Tokio qué espera? —Dar el máximo, no me fijo objetivos concretos.
—Usted se salió del estereotipo de nadador obsesivo con las marcas y las medallas. ¿Lo ve así también?
—Entiendo esa mentalidad, pero no la comparto. La natación no es un deporte profesional en España, perdimos las dietas incluso. No considero que deba cargar con esa presión, yo nado para disfrutar y por la gente que me apoya. Es más fácil ver la natación como un disfrute. Ahora estudio. —¿Esa mentalidad es la que se tiene en Estados Unidos?
—Allí no se basan en el nivel del deportista sino en cómo se trata al deportista. La suerte es que hay universidades con equipos en todos los deportes y los jóvenes tenemos más tiempo para desarrollarnos. En España tenemos que decidir a los 18 o 19 años. A mí me pasó. Ahora estudio, tengo amigos y familia, y la natación. No tengo que decidir. No vivo de ello como Hosszu o Mireia. Ya se verá en el futuro si llego a ese nivel y la natación se convierte en algo muy serio.
—¿Cómo le afectó la COVID a su trayectoria?
—Durante la cuarentena varias veces se me pasó por la cabeza: “¿Y si lo dejó”. No había objetivos, motivación y al volver haría falta mucho tiempo para recuperar el estado de forma. Ese pensamiento salió varias veces pero el compromiso por devolverle el favor al Real Canoe y a la Universidad de California me hizo seguir. El año que viene continuo en la universidad.
—¿Cuándo desapareció esa idea?
—Sinceramente, no ha desaparecido. Cuando nado lo hago por el compromiso que tengo con toda la gente que está a mi alrededor.
Pandemia “Pensé: ‘¿Y si lo dejo? Y esa idea aún no se ha ido”