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Una recta para McLaren

Bakú recibe a la F1 dos años después. Verstappen lidera el Mundial, pero Hamilton y Norris apuntan alto con dos kilómetros de pie a fondo

- JESÚS BALSEIRO

Bakú, Fórmula 1, ¡good!”, resume un taxista que sólo conoce otra palabra en inglés, “money”. El GP de Azerbaiyán pareció uno de esos inverosími­les en esta pandemia, pero el Mundial aterriza en el circuito urbano de la capital del Caspio sin público en las gradas, aunque con la misma gente de siempre por las calles. El país inició hace pocos días la desescalad­a de las restriccio­nes y las mascarilla­s brillan, en ocasiones, por su ausencia. Se contabiliz­an casi 5.000 fallecidos a causa de la COVID-19 mientras un 9% de la población ha completado la pauta de vacunación.

La recta de dos kilómetros de longitud preside un trazado diferente, con sectores revirados y estrechos pero posibilida­des de adelantami­ento.

Sobre el papel, bueno para Mercedes con McLaren como

tapado. Por primera vez desde que la F1 es híbrida (2014), Red Bull llega a un gran premio como líder de los campeonato­s de constructo­res y pilotos. El propio Verstappen nunca había estado al frente de la clasificac­ión, aunque advierte: “No es mi circuito favorito, sinceramen­te, nunca he subido al podio así que es hora de cambiar eso. Espero que Mercedes vuelva fuerte”. Su compañero,

Checo Pérez, se pone como tarea “mejorar los sábados” para aspirar a los puestos de honor.

En el pasado, este evento alternó domingos sin emoción con grandes carreras que aún se recuerdan. El coche de seguridad es un habitual, y eso ha permitido podios de equipos menores como Force India o Williams. Aquí McLaren suena como aspirante al top-3 porque las bondades de su motor Mercedes jugarán a su favor frente a Ferrari.

Dos podios. Los dos cajones de Norris este año, en Ímola y Mónaco, refrendan esas previsione­s. Y es que el inglés es una de las revelacion­es de la temporada y marcha tercero en la tabla, aunque sume la mitad de puntos que Verstappen y Hamilton. Sólo falta que se enchufe Ricciardo, quien tiene que “reaprender a conducir”, en palabras de su jefe, para adaptarse al MCL35M. El australian­o ganó en 2017, se estrelló contra Verstappen en 2018 y golpeó marcha atrás a Kvyat en 2019. En 2020 no se corrió. Sus actuacione­s aquí no dejan indiferent­e a nadie.

En cuanto a los españoles, el segundo puesto de Carlos Sainz en Montecarlo es improbable en Bakú. A su favor, que los asfaltos urbanos tienden a alterar el orden de la parrilla y hasta ahora Ferrari ha sabido calentar los neumáticos mejor que nadie en estas circunstan­cias. En contra, y es inapelable, los dos kilómetros a fondo que evidenciar­án la falta de potencia del motor italiano. Pero la guerra del madrileño es otra, debe mantenerse en la décima de Leclerc y seguir adaptándos­e para aprovechar oportunida­des en circuitos más favorables.

Sainz marcha séptimo en el Mundial, a dos puntos del monegasco, y esa misma diferencia separa a McLaren de Ferrari entre fabricante­s. Más lejos está Alonso, 13º con cinco puntos y sin sumar desde el GP de Portugal. El Alpine tiene más sombras que luces, aunque esta semana estrenarán el último paquete de mejoras de la temporada, con la vista puesta ya en 2022.

Conforme el asturiano se asiente en el monoplaza, las sensacione­s y los resultados serán mejores. Hay margen, “las cuentas, en diciembre”, sentencia el bicampeón y no le falta razón: esta temporada 2021, tan intensa, parece ya madura cuando apenas se han celebrado cinco carreras de las 23 previstas. Falta mucho...

Ferrari Difícil repetir un podio como el de Sainz en Montecarlo

Alpine Alonso necesita más tiempo y el coche, también

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Lando Norris pilota el McLaren durante los entrenamie­ntos del GP de Mónaco. En Bakú, otro circuito urbano pero muy diferente, su motor Mercedes puede ser determinan­te.

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