Lección de Cabrera-Bello en el duro campo de San Diego
■ La 121ª edición del US Open dio comienzo ayer en Torrey Pines (San Diego, California) con un protagonista inesperado que quiso tomar partido en el tercer major del año. La niebla retrasó el comienzo de un torneo que nunca ha visto ganar a un español y que cuenta con tres de los nuestros en el campo: Jon Rahm, Sergio García y Rafa Cabrera-Bello.
El canario de 37 años fue el primero en salir a un campo exigente, aunque más humano que en otras ediciones, pero que no permite excesivas alegrías. El estreno de Cabrera-Bello fue ilusionante y muy acorde con cómo hay que crecer en el US Open. Sin asumir grandes riesgos, asegurando palos y no buscando el golpe deslumbrante... salvo en el momento adecuado. Y así lo hizo el español. Ocho pares perfectos y un espectacular eagle en el 9 (el hoyo 18 del campo). Así completo la mitad del recorrido. En la segunda parte más de lo mismo. Regularidad exquisita con el putt y un birdie en el 11 (el 2 del campo) para ir con -3, al cierre de esta edición, en el hoyo 17 a un único golpe del líder, el norteamericano Russell Henley y empatado con el italiano Francesco Molinari. Por detrás, a un golpe del español dos de los máximos aspirantes al triunfo: los estadounidenses Brooks Koepka y Xander Schauffele.
Muchos más problemas y quebraderos de cabeza vivieron dos de los nombres propios de esta edición californiana. Phil Mickelson que a sus 51 años y tras ganar el PGA llegaba al torneo del patio trasero de su casa con muchas ganas acabó el primer recorrido con +4, mismo resultado que su compatriota Collin Morikawa, mientras Justin Thomas, número 2 del mundo y uno de los tres jugadores, junto a Dustin Johnson y Jon Rahm, que pueden salir del campo de San Diego como el mejor del ranking actual, firmó un +2.
Por su parte, Rahm aún no había comenzado su recorrido inicial, mientras Sergio estaba en el primer hoyo.