El séptimo mundial de “la máquina de ganar”
O’Sullivan iguala con Hendry en lo alto de la lista
E l snooker necesita precisión, cálculo y predicción a varias jugadas vista. Tiene similitudes con el ajedrez. Con un agudo manejo de todas las variables, y finura con el taco, entró Ronnie O’Sullivan en la leyenda. ‘El Cohete’ ganó su séptimo Mundial en el Teatro Crucible de Sheffield e iguala a títulos con el escocés Stephen Hendry. Así se disipó el debate de si Ronnie, de 46 años (ganador más veterano), es el mejor de la historia.
La víctima de O’Sullivan fue el también inglés Judd Trump (18-13). ‘The Rocket’ no dejó opción. Ejecutó un juego directo, de ataque, sin errores y con un control total de la bola blanca que le dio un dominio táctico aplastante. “Fue el mejor con diferencia”, admitió Trump, tras abrazar a Ronnie, que se llevó 500.000 libras (594.000 euros) al dejar en la cuneta a Gilbert, Allen, Maguire, Higgins y al fino Trump.
“Ronnie es una máquina de ganar. Ha puesto el snooker en una nueva dimensión, sólo me extraña que haya tardado tanto en llegar a siete Mundiales”, dice Hendry. O’Sullivan se hizo profesional en 1992, ganó su primer título en 2001, los siguientes fueron en 2004, 2008, 2012, 2013 y 2020. Ahora en 2022. Han pasado 21 años. “Ahora el nivel de
Ronnie “Desapegué todas las emociones, cada torneo es como ir a entrenar”
jugadores es mayor que en la época de Henry, por eso necesitó este tiempo”, explica Steve Davies, con seis Mundiales: “La longevidad de la carrera de Ronnie es increíble. Tuvo altibajos personales y profesionales, pero les hizo frente”.
O’Sullivan, con 21 grandes títulos (siete Masters y siete Open de Inglaterra), tuvo una infancia dura en Chidgwell, problemas de drogas, alcohol y depresión. “Aprendí a convivir con los errores”, reconoce Ronnie, con carácter polémico en la mesa (en esta final tuvo una bronca con el juez de la partida). “Desde hace siete u ocho años” es otro, dice: “He desapegado todas las emociones, cada torneo es como entrenar, hago mi gimnasio, corro, como bien… Era un niño que iba con su padre a los clubes de snooker y ahora soy leyenda”.