Bautismo en la cuna
Cam Smith gana el British Open, su primer major, donde nació el golf ● Rahm (34º), el mejor español
No es que Cameron Smith viniera de la nada, pero su carrera dio un salto sideral a la eternidad ayer en el Old Course de St. Andrews. Cuando la cuna del golf se preparaba para investir campeón del 150º British Open a Rory McIlroy en un cuento de hadas, el australiano del bigote y el ‘mullet’ se adueñó de la fiesta con una vuelta que le catapulta a la eternidad: -8 para -20.
Sus 64 golpes suponen el mejor resultado de un campeón en la última vuelta de este major, superando los 66 de Zach Johnson, también en el mítico campo escocés, en 2015. Además empató el tanteo más bajo de la historia de los grandes, el -20 con el que su paisano Jason Day se impuso en el PGA de 2015, igual que Dustin Johnson en el Masters de 2020 y Henrik Stenson en el British de 2016. Todo parecía encaminado a un mano a mano entre McIlroy, favorito de la afición, y el noruego Hovland, virgen en estas lides. Salían en el partido estelar desde -1, pero ninguno carburó. Rory tiró un 70 (-2 para -18) en una vuelta plana y acabó tercero. Hovland, por su parte, se despeñó hasta la cuarta posición con un +2 para -14.
Por detrás de la dupla apareció Smith como un tiburón oliendo sangre. No se le intuía alzando la Jarra de Clarete tras los nueve primeros hoyos (-2), pero en la segunda mitad de un Old Course, al que sin la intervención del viento ya le cuesta contener al golfista moderno, se comió la distancia. Todo se fraguó en una sucesión de cinco birdies entre el 10 y el 14. Ya nadie pudo bajar de la cima al hombre del swing suave como la miel, impertérrito de principio a fin, un metrónomo cuando sale a cazar banderas. Si en algún momento pudo quebrarse fue en el 17, el ‘Road Hole’. Falló el green y no tenía espacio para el chip, así que pateó a 19 metros de distancia del hoyo. La dejó a tres y la metió. Ahí se acabó el torneo y arrancó la primera coronación de un aussie en el British desde que Greg Norman, el ahora denostado CEO del LIV, triunfó en Muirfield en 1993.
Smith no se parece mucho al presuntuoso Greg. “Tiene todos los grandes juguetes y sigue siendo el mismo”, dice su madre. Este año ganó The Players y el Torneo de Campeones con una exhibición: -34, resultado más bajo respecto al par de la historia del PGA. Además fue segundo en el Masters. Es aficionado a los coches y a la pesca. Hijo de un trabajador de imprenta y una vendedora de muebles, no el típico chico de club de campo. Más bien un golfista del pueblo, al que el pueblo que alumbró el golf para el mundo ha dado su primer major. No será de especial recuerdo para España: Rahm, 34º con -7, completó con él su primer año sin top-10 en los grandes desde 2017, Sergio García fue 68º con -2 y Adri Arnaus, 76º con +1.
Dato
Su -20 iguala el tanteo más bajo de la historia de los majors