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El nuevo muro blanco

Rüdiger ha aprovechad­o las ausencias de Alaba, se ha asentado como pareja de Militao y ahora son inamovible­s ● “Juntos han dado solidez al centro de la defensa”, reconoce Ancelotti

- FERNANDO S. TAVERO MADRID

No hay mayor paliativo a la tibieza ofensiva que una retaguardi­a sin fisuras. Desde el repóquer de Anfield, al Madrid se le apaga la luz en el área rival, pero en la propia disfrutan de un nuevo muro que permite a Courtois respirar cada día más tranquilo. Si los éxitos de la temporada pasada se cimentaron sobre el Militao-Alaba, Rüdiger ha aprovechad­o los problemas físicos y de rendimient­o del austríaco para ir rascando importanci­a. Las dudas del comienzo de curso, donde el alemán aparecía de manera intermiten­te, sin permitirle gozar de la continuida­d que un defensa necesita, están siendo despejadas partido a partido. De los 10 goles encajados por el Madrid en los primeros 7 partidos con Militao y Rüdiger como pareja de centrales titulares, se ha pasado a los 5 en los 9 últimos. El equipo blanco, en promedio, encaja más de un tantos por partido (41 en 40 encuentros). En este último tramo con el nuevo muro en la retaguardi­a, la cifra se queda en apenas 0,55...

Cómo realizar las coberturas, cómo temporizar en desventaja, cómo bascular, cómo presionar... Son todos conceptos que una pareja de centrales aprende con el tiempo. Defender de memoria. Algo que a Rüdiger, futbolista fogoso con mucha mayor disciplina física que táctica, le estaba costando. Venir del Chelsea, donde Tuchel convirtió el esquema de tres centrales en marca registrada, tampoco ayudaba. Ahí, el de Berlín contaba con la libertad para incorporar­se al ataque que le posibilita­ba tener a dos centrales más para cubrirle la espalda. Su exuberante físico y confianza hacían el resto. Una dinámica y un esquema muy diferentes al 4-4-2 del Real Madrid. Tampoco tenía que bailar entre diferentes posiciones (Ancelotti probó a Rüdiger como lateral derecho e izquierdo al inicio de la temporada) ni ganarse el puesto. Tras el período de adaptación, Rüdiger está encontrand­o su mejor cara, impulsado por la ausencia continuada de Alaba.

Sociedad. Tener a Militao como compañero de fatigas de manera continuada le está haciendo no solo incorporar automatism­os, sino corregir esos “errores puntuales” que tantos dolores de cabeza le estaban levantando a Ancelotti (los citó tras la derrota ante el Barça en la Supercopa, tras ganar el Mundial de Clubes...) durante un curso donde la única constante defensiva, hasta hace poco, era Militao. Pero Rüdiger, verbalizad­o por Carletto, se ha apuntado a la ecuación. “Siempre está concentrad­o y focalizado. Todavía puede mejorar con el balón, pero a nivel defensivo el equipo es más sólido. Junto a Militao han dado solidez al centro de la defensa”, reconoció el técnico en la previa ante el Barça. Un partido donde los debes apareciero­n en área contraria y no en la propia. Ancelotti, de paso, recordaba al ‘22’ que debe cuidarse con el esférico.

En el último partido, ante el Betis, confirmó haber escuchado la advertenci­a. Rüdiger firmó un casi impoluto 98,3% de acierto en el pase. Un 58 de

Cambio El Madrid ha recibido sólo 5 goles en los 9 últimos partidos con esta dupla

Pulcro Rüdiger ya es el cuarto más utilizado por Carletto; Militao, el quinto

59 que mejoró el 62 de 78 (85,5%) de Militao. Tuvo menos intervenci­ones que el brasileño (65 contra 78), pero fue más preciso y trató con mimo la posesión (sólo perdió un balón). Eso sí, el encargado de descolgars­e fue Militao, con mayor jerarquía y mando en plaza, que completó 17 de esos pases en el último tercio del campo por uno solo de Rüdiger.

En defensa apenas dejaron resquicio a un Betis que solamente les desarticul­ó en un mano a mano de Borja Iglesias que desbarató Courtois. El resto, bajo control. 9 recuperaci­ones para Rüdiger, más atento a las coberturas, y 6 para Militao, encargado de los duelos. El brasileño se impuso en 7 de las 10 disputas que afrontó. En entradas, pleno de ambos (1/1 para Rüdiger, 3/3 para Militao). Contra el Barcelona, la dinámica fue similar. 13 recuperaci­ones y un 87,5% de acierto en el pase (70/80) para Militao; 9 recuperaci­ones y un 92,1 (58/63) para Rüdiger. En el nuevo muro blanco, Militao es mariscal y líder; Rüdiger, guardaespa­ldas. Y además, tienen gol (5 lleva el brasileño y 2 el alemán) y son los hombres objetivo a balón parado.

Desde el parón por el Mundial, Rüdiger ha sido titular en todos los partidos excepto en Cáceres (disputó la segunda parte) y ante el Elche en Liga. Y Militao está dando un paso al frente tras la temporada que le colocó en la élite definitiva­mente. “Sí”, contestó Ancelotti al ser preguntado si era el mejor central del mundo. No dudó. Tampoco lo hace al hacer sus onces. Dentro del plan rotacional, el Militao-Rüdiger tiene poca permuta en estos momentos. 2.635 minutos para el alemán, 2.566’ para el brasileño, cuarto y quinto más utilizados tras Vinicius, Valverde y Courtois. Mientras el físico de Alaba se cristaliza, Rüdiger está siendo una roca y el de Militao es innegociab­le. Hay un nuevo muro en la ciudad Real Madrid.

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Rüdiger gesticula ante la mirada de Militao en el último partido contra el Betis de Pellegrini.
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