“Esto excede cualquier sueño que hubiera tenido”
El español se mostró emocionado y agradecido antes del acto
Palabras como “honor” y “privilegio” se repetían mientras Pau Gasol contenía los nervios como buenamente podía en una de las ruedas de prensa más especiales de su vida. Ha dado muchas, desde luego. Pero esta, en las tripas del Crypto.com Arena, el viejo Staples en el que fue dos veces campeón de la NBA (2009 y 2010), era la que precedía al partido en el que Los Angeles Lakers iban a retirar su número 16, que nadie más podrá vestir ya con la franquicia angelina. El rival, un círculo que se cerraba, era Memphis Grizzlies, el equipo con el que llegó a la NBA con el número 3 del draft.
“Voy poco a poco, intento digerir y darme cuenta de que mi número va a estar ahí arriba con los de esos jugadores tan increíbles que son historia de este deporte. Y, además, estar al lado de los números de Kobe... me produce muchas emociones”. De traje impecable, con gesto contenido pero un indisimulable brillo en los ojos, explicó que había hecho una excepción para ponerse sus dos anillos de campeón: “Me los he puesto en toda mi vida dos o tres veces. Pero es un buen momento porque es algo de lo que me siento muy orgulloso”.
Respondiendo en inglés y en castellano, reconoció que no tenía preparado del todo su discurso… pero casi: “Tengo un guion para sacar de dentro de mí todo lo que quiero transmitir”, aseguró con un toque de miedo escénico: “No sé si me van a aguantar las piernas, igual necesito una silla. Soy una persona estable y comedida, pero las emociones son muy fuertes. Esto excede cualquier sueño que hubiera tenido. Me he despertado a las seis de la mañana y ya no me podía dormir. Me iba muy rápido el corazón”.
Al borde del llanto, habló del legado y la ausencia de Kobe Bryant, “es significativo, poderoso, triste, feliz, doloroso”. Y se acordó de los aficionados españoles: “Siempre he sentido mucho el cariño por muy lejos que estemos de allí. Siempre me he sentido muy afortunado, estoy muy agradecido. Me decían que les robaba muchas horas de sueño. Yo les decía que lo sentía… pero espero que disfrutaran y les compensara”.
“La vida pasa muy rápido, es un abrir y cerrar de ojos. En un momento eres un niño jugando en una cancha con tus amigos y de pronto estás firmando contratos, te vas a la NBA, ganas títulos… Es un viaje increíble, como un tornado”, concluyó.