El Málaga pelea, pero su descenso está más cerca
El árbitro anula un gol a Rubén Castro en el 85’
AI Málaga solo le queda pelear para descender con dignidad y sin hacer el ridículo. Asumida la catástrofe solo falta fijar la fecha para que se le desconecte el oxígeno a este enfermo en paliativos. Terrible agonía la de un equipo que, como suele ocurrir, ha pasado de dar pena al “jugamos como nunca y perdimos como siempre”. Lo de ayer fue más de lo mismo. Fue mejor que el Levante y mereció más. Pero hace demasiado tiempo que el tesón no basta.
Resignación. Al Málaga le ha pasado lo mismo que a los malos estudiantes que dejan para el último día la preparación del examen de su vida. Al menos, a estos les queda el recurso de hacer una chuleta para copiar. Ni eso tiene el Málaga.
Su partido fue honesto ante un Levante concebido para regresar a Primera por la vía rápida, que se sintió incómodo de principio a fin. Aun así, tuvo más ocasiones que su oponente, que fueron desactivadas por el excelente Rubén Yáñez, de los pocos fichajes salvables de un Málaga para olvidar en una campaña horrible.
A todos los equipos que sufren les pasa de todo. A los 60’ Juande fue expulsado por no medir una interrupción teniendo una amarilla. Séptima roja, otra más. Las fuerzas se equilibraron con otra roja, ahora a De Frutos, por dar un pisotón a Escassi. Diez contra diez.
Y a los 85’, Rubén Castro consiguió meter la bolita dentro de la red levantinista. En plena celebración se congeló el ambiente. El VAR examinó un ajustado fuera de juega de Chavarría por un dedo. Literal. Gol anulado.
Y con el Levante pidiendo la hora llegó el pitido final, celebrado por el Levante tal y como se habían puesto las cosas y que en La Rosaleda huele a funeral. Quedan 10 jornadas. El Málaga volvió a marcharse con la cara partida pese a dar sensaciones de valor. El Levante, por su lado, ha bajado el pistón tras esa formidable racha de 20 partidos sin perder. El Málaga se hunde y el Levante suma un punto, aunque le sabe a poco.