El Nissan Ariya es un gran eléctrico
La última propuesta de la marca japonesa se revela como una opción aconsejable para quienes busquen un coche sin emisiones polivalente y con una tecnología avanzada
El Ariya es el nuevo compacto sin emisiones que se ha incorporado a la oferta de Nissan y, como no podía ser de otro modo, en formato SUV. Exhibe un diseño moderno y muy aerodinámico, con una carrocería de cinco puertas que llega a los 4,59 metros, con una altura de 1,66 metros que le otorga ese carácter de todocamino.
El espacio disponible en su interior es generoso en todas sus cotas, además de transmitir una sensación de amplitud real. Dispone de múltiples espacios para depositar pequeños objetos, incluyendo dos de ellos que son móviles para adaptarlos a cada necesidad. Algo más justo se muesmía tra el maletero, con poco más de 400 litros en la versión con tracción total.
El equipamiento Evolve es el superior de la gama y, en consecuencia, el más caro. Asumiendo tal inconveniente, la dotación es realmente completa en elementos de confort, de conectividad y de asistentes a la conducción.
Nissan ofrece varias opciones de motorización con el Ariya. En su zona alta aparece la versión de 225 kW (306 CV), alimentada por una batería de 87 kWh útiles y con tracción a las cuatro ruedas al contar con dos motores eléctricos, cada uno de ellos asociado a un eje. El cambio, como es norma en los coches sin emisiones, es automático monomarcha.
Con la batería más grande, Nissan se refiere a una autonode 509 kilómetros, con un consumo medio de 19,9 kWh a los 100 kilómetros. Sin embargo, durante la prueba con la carga completa apenas superó una indicación de 400 kilómetros. Eso sí, una distancia bastante real y con gasto solo algo superior al homologado, en torno a los 20 kWh por cada centenar de kilómetros.
Una vez en marcha, el Ariya es un eléctrico de reacciones fulgurantes. Acelera con presteza y eso exige atención al detenerlo y también a la velocidad a la que se llega a las curvas. Porque tiene una suspensión firme, tirando a dura, con lo que no se aprecian balanceos preocupantes pero sí se pueden producir derivas por su peso elevado. Por lo demás, la suavidad general es la norma en su conducción.