Baraja y Quique empatan en Mestalla a poca cosa
El Valencia reclama un penalti de Isaac Romero a Foulquier
Valencia y Sevilla disputaron un partido táctico, un duelo de entrenadores. Baraja y Quique empataron a poca cosa, porque no fue mucho lo que pasó. Hasta solo hubo una amarilla... con lo que han sido los Valencia-Sevilla. Las defensas se impusieron a los ataques y así ocasiones reales, tres o cuatro. Más del Valencia, eso sí. Hasta la polémica fue light: un empujón de Isaac a Foulquier dentro del área y una mano pegada de Mosquera en la suya. Al Valencia el punto le vale para seguir su inercia en Mestalla, donde no pierde en Liga desde septiembre; al Sevilla para alejarse un poco más del descenso.
Todo transcurrió con mucho orden, demasiado para el espectador. Baraja tiró de librillo: su 4-4-2, con Diakhaby, Canós y Yaremchuk actuando de inicio. Quique, sin Ocampos, fue cambiando su defensa de cinco a cuatro como de cánticos la Grada de Animación. El Valencia adoleció de precisión en el pase y eficacia en sus remates. Sus peligros, contados, llegaron por las idas y venidas de Foulquier y por el carril de Gayà y Canós. Así nacieron las mejores ocasiones, un centro al poco de empezar del capitán que Yaremchuk no remató bien y un mano a mano del ucraniano con Nyland tras el descanso.
El Sevilla, por su parte, hizo eternas sus posesiones en la primera mitad, llegando a ser anodinas. Y, tras el paso por vestuarios, los de Quique dieron por bueno el empate. Solo la salida de Alejo Véliz le dio otro aire. De En Nesyri nada se supo y de Isaac Romero la única noticia que hubo fue su posible penalti por empujón a Foulquier. Isaac fue más a por el cuerpo del lateral que a otra cosa. Pero Soto Grado lo consideró carga legal y Prieto Iglesias nada podía decirle en esa acción. El Sevilla también reclamó su penaltito, ellos porque el balón golpeó en el brazo de Mosquera, que lo tenía pegado como él lo estuvo todo el tiempo de En Nesyri.