Hugo aspira a su tercera medalla en los 50 espalda
Mollá, séptimo en 100 mariposa
Si algo no se le puede reprochar a los nadadores españoles en los Mundiales de Doha (Qatar) es falta de hambre. Como muestra, el laureado Hugo González, pero también un Mario Mollá que ha pasado de puntillas aun metiéndose en varias finales.
Lo de Hugo ya es manifiesto, tras su plata en los 100 espalda el martes y su glorioso oro del viernes en los 200 de la especialidad. “Sólo he podido dormir tres horitas, pero mejor que ninguna”, aseveraba ayer por la mañana, tras marcar el mejor tiempo de las series en los 50 metros espalda, 24.72, como si unas horas antes no se hubiera proclamado campeón del mundo.
Rubricó su notable sábado, un día más en la oficina, con la quinta mejor marca de todos los semifinalistas (24.60), nadando por la misma calle 5 que 24 horas antes había visto el mayor éxito de su carrera deportiva. Le superaron el australiano Isaac Cooper con el récord de Oceanía (24.12), su compañero de equipo en California y de podio en los 100 espalda Hunter Armstrong, Pieter Coetze y Ksawery Masiuk.
Quien no podrá acompañarle es Adrián Santos, que accedió a semifinales con su mejor marca (25.15), la cual mejoró por la tarde (25.09) para quedar decimotercero. Venía de ser decimoctavo en Fukuoka.
Cara y cruz. Tampoco pasaron de la sesión matinal Carlos Garach en 1.500 libre, María Daza en los 50 libre ni Jimena Ruiz en 50 braza. Dos pasos más allá fue Mario Mollá, séptimo en la final de 100 mariposa (51.72).
El barcelonés venía de ser sexto en los 50 mariposa, pero también octavo en el 4x100 libre masculino y decimosegundo en el 4x100 mixto. Y hoy aún queda un relevo.