Titánico Morata
El delantero jugó ante el Inter solo nueve días después de sufrir un esguince de rodilla ● La primera valoración hablaba de dos o tres semanas de baja
Minuto 54, Inter-Atlético. El asistente alza el cartelón anunciando un cambio. El número 8 debe salir. El 19 va a entrar. Ese número que pertenece a Morata (Madrid, 32 años), solo nueve días después de haber sufrido una lesión en el ligamento de la rodilla derecha en Sevilla. Se fue de aquel partido llorando, con el rostro cubierto con la camiseta para esconder el terror que en ese momento sentía. Que ese extraño en el aire de la rodilla no fuera una rotura del cruzado. Cuando salió del Pizjuán lo hacía más tranquilo. La prueba del cajón, negativa. La sensación, que no era la gravedad que imaginó. Al día siguiente lo decretaron las pruebas. Esguince. Esa misma noche, Morata cogió un calendario en su casa para contar los días que quedaban para el Inter-Atlético y las dobles y triples sesiones que a lo largo de ellos podía agendar para llegar. Y sí que lo logró.
El día anterior al viaje a Milán, que era a su vez el siguiente del Atlético-Las Palmas en el que fue baja, fue la sorpresa del entrenamiento, con una parte con el grupo con intensidad y goles. Morata pulverizaba los pronósticos que fechaban su regreso en dos o tres semanas, su ausencia fija en la ida de los octavos y casi seguro que en la vuelta también. Morata viajó y no para hacer bulto. El delantero titular fue Llorente, pero al poco de regresar del descanso el movimiento del Cholo fue claro: Morata por Saúl. Jugar en San Siro —donde fue pitado— era más que especial para él.
El verano pasado, antes de que una charla con Simeone y Gustavo López, su ayudante para el diálogo y la mano izquierda con los jugadores, deshiciera cualquier posibilidad de marcharse, su nombre se acariciaba como el gran deseo de todos los grandes de la Serie A. Roma, Juventus, Milan e Inter llamaron a su representante, Juanma López, para preguntar por su precio. Sobre todo el último, ese rival con el que la bola del sorteo de los octavos de la Champions le emparejó. “Sí es verdad que estuvo cerca. Tengo muy buena relación con el entrenador y con Marotta, que ya me había fichado para la Juve. Por suerte, tenía bastantes opciones, pero cuando hablé con Simeone la mejor decisión era quedarme en el Atlético”, confesaba en una entrevista con AS en diciembre, al recibir el Premio AS del Deporte. Ahora su obsesión es levantar un título como rojiblanco.
Regresó al Atlético en la 22-23, precisamente de Italia, donde su paso por la Juventus le había convertido en uno de los futbolistas más cotizados de la Serie A. Valorado, querido y respetado por los árbitros. Si la posibilidad de regresar al país transalpino se materializaba en su cabeza al atisbar la preferencia del Cholo por Memphis en la dupla de ataque con Griezmann, lo frenó aquella charla en Corea. Hoy ha jugado un 73,6% de los minutos y ha marcado ya 19 goles. Solo se ha perdido un 8,1% por lesión. Ya disponible para el Cholo. Y el grupo. Para todo lo que venga.
Esfuerzo
El punta hizo dobles y triples sesiones diarias de recuperación
Pieza clave
El madrileño ha jugado el 73,6% de los minutos y suma 19 goles