AS

Balones mojados para fortalecer el cuello del ariete ‘Bam Bam’

- INTRAHISTO­RIA —MANU DE JUAN

■ Iván Zamorano (Santiago de Chile, 1967) dejó huella en España, una parte en Sevilla y, sobre todo, en el Real Madrid. Arrancó en una escuela en Santiago del Cobresal, original de la ciudad andina de El Salvador, después de ser rechazado en Colo Colo por pequeño; allí se especializ­ó en la que sería su mejor arma como profesiona­l: el remate de cabeza. Se quedaba horas tras los entrenamie­ntos rematando balones mojados para fortalecer los músculos de su cuello. Con la mayoría de edad, jugó un curso en segunda en el Cobreandin­o que marcó su carrera: 27 goles en 29 partidos. Fue por entonces que un locutor, Juan Espinoza, le puso el apodo que le acompañarí­a toda su carrera: Bam Bam, que rimaba con Iván y que se debía a la afición del jugador por la serie animada Los Picapiedra, en referencia al asalvajado hijo adoptivo de los vecinos de la familia protagonis­ta.

A cambio de 350.000 dólares firmó por el Bolonia, donde nunca jugaría, pues se fue cedido al St. Gallen suizo, que acabaría haciéndose con su pase y donde jugaría dos temporadas, marcando 37 goles. Entonces lo reclamó para el Sevilla el entrenador Vicente Cantatore, nacido en Argentina y nacionaliz­ado chileno. No alcanzó en Nervión todo su potencial (23 goles en 65 partidos), pero fue suficiente para que el Madrid abonase en 1992 los 500 millones de pesetas necesarios para vestirle de blanco. En el Bernabéu, logró su plenitud: 101 goles en 173 partidos, ganando una Liga, una Copa y una Supercopa en cuatro años, antes de marcharse al Inter de Milán.

 ?? ?? Zamorano, con el Sevilla.
Zamorano, con el Sevilla.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain