Una jugadora de récord
Caitlin Clark supera una marca de hace 54 años: los 3.667 puntos de Pete Maravich, máxima anotación en la NCAA
Pete Maravich llevaba más de medio siglo siendo el máximo anotador en la historia de la NCAA con 3.667 puntos (los logró con los Tigers entre 1967 y 1970). Pero el domingo era el día señalado para que Caitlin Clark (22 años y 1,83 m) lo superase. La escolta de Iowa Hawkeyes estaba a 17 tantos de esta cifra y lo consiguió antes del descanso de un partido, el último de la temporada regular en Des Moines, que había generado una grandísima expectación: los aficionados habían pagado una media de 500 dólares por ver superar el récord y las entradas llegaron hasta los 4.000 en la reventa.
Después de guiar a su equipo a la final de la NCAA la temporada pasada (la primera desde 1993 para la Universidad de Iowa), la escolta espera despedirse del baloncesto universitario con el título. Porque esta es la última de las cuatro campañas que pasará en la universidad de su Iowa natal. Hace unos días anunció que se presentará al draft y, como no puede ser de otra forma, las Fever se frotan las manos, porque elegirán primero y se aseguran una jugadora que no sólo destaca por su talento, sino también por todo lo que mueve.
Su poca paciencia en el softball, un deporte que también se le daba realmente bien, hizo que se centrara más en el baloncesto, para desesperación de alguno. Cuando estaba en Segundo Grado (8-9 años), jugaba en un equipo de chicos porque no había torneo femenino en su categoría; aquel año ganaron el campeonato y uno de los padres del equipo rival se quejó de que una niña jugara en un equipo masculino.
Antes del récord de Maravich, Clark se había convertido ya en la jugadora universitaria con más puntos tras superar a Kelsey Plum; lo hizo el 15 de febrero con un tiro lejanísimo, desde el logo en el centro de la cancha. Aquel día, además, logró también su tope personal, con 49 tantos ante Michigan. Otro hito de Plum que también ha batido es el de más partido con 30 o más puntos, pero sus récords no terminan ahí. El 28 de febrero alcanzó a Lynette Woodard, que anotó 3.649 puntos con las Kansas Jayhawks, antes de que la NCAA incluyera el baloncesto femenino, y en ese mismo partido también se adjudicó la mejor marca de triples en una temporada: por el momento lleva 162.
La de Des Moines ha sido la primera en la historia en lograr 3.600 puntos, 1.000 asistencias y 850 rebotes y también es pionera en firmar un triple-doble con 40 puntos. Con una jugadora así, los partidos en el CarverHawkeye Arena han colgado día sí y día también el cartel de no hay entradas y su camiseta ya es la más vendida en la historia del deporte universitario. Pero la expectación por esta jugadora también existe fuera de Iowa: solo dos de los 32 partidos que ha disputado como visitante no se han llenado y fueron en una cancha neutral. Además, congregó a 55.000 espectadores en un encuentro que se jugó en el Kinnick Stadium.
Y de las canchas a la pequeña pantalla. La final del año pasado dobló en audiencia (10 millones de espectadores) el récord anterior (5,3 millones) y un partido disputado el pasado enero, en el que Ohio State cortó la buena racha de las Hawkeyes, tuvo una media de 1,9 millones de espectadores, el mejor dato en temporada regular desde 2010.
Nike. Según On3, sus derechos de imagen rondan los tres millones de dólares gracias a sus alianzas con Nike, Gatorade y State Farm. Nike, por ejemplo, tenía preparada para la noche que batió el récord de Plum una camiseta en la que se leía
“You break it, you own it” (“Lo bates, te pertenece”) y que puso después a la venta. También homenajeó a su nueva estrella este domingo con un gran cartel en el que se veía a Caitlin lanzando un tiro, y otro, a unos cien metros, con una imagen de una canasta y el lema “This
was never a long shot” (“Nunca fue algo improbable”), que juega con las palabras “long shot”, que también se traducen como “tiro lejano”. La fiebre por Clark ha comenzado: la chica récord, el nuevo fenómeno universitario que pronto será una realidad en la WNBA.
Locura
Las entradas para el partido alcanzaron los 4.000 dólares