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La cuenta pendiente

Danny León, tras ganar en Dubái, ilusiona para París ● En Tokio, fue 9º con el ligamento cruzado roto

- A. SANCHO /

Tiene 29 años, pero ya se siente un veterano. En un deporte como el skateboard­ing, que en los Juegos de Tokio dejó el podio más joven de la historia (14 años y 190 días de media), puede que lo sea. “Esto no es como el fútbol, que pueden alargar las carreras. En el fútbol no se dan las hostias que nos damos nosotros sobre el cemento, ni los tablazos en las rodillas y las espinillas”, bromea Danny León, que habla con AS en el mejor momento de su carrera deportiva. “2023 fue uno de los mejores años de mi vida en el skate. Increíble. Estoy ganando competicio­nes que nunca me había imaginado que podía ganar. ¡Y este año cumplo los 30! Estoy guay, tiraré hasta que el cuerpo aguante”, remarca.

Y su cuerpo, a día de hoy, parece aguantarlo todo. En el momento de la entrevista, durante la Red Bull Home Run, celebrada en febrero, Danny sufre una fisura en un dedo, una microrrotu­ra en el cuádriceps y un esguince cervical que le tiene “tieso” todas las mañanas. “Cuando me levanto, tengo un punto que me duele heavy y llevo meses tratándome­lo, pero eso no me quita que pueda patinar y competir. Lo hago igualmente, pero acompañánd­olo de los ejercicios necesarios”, asegura.

Nadie duda de sus palabras. En Tokio, el español demostró una tolerancia al dolor fuera de lo común. En el debut olímpico del skate, León rozó la final. Quedó noveno y no estuvo en la lucha por las medallas por 76 centésimas. Los rivales, sin embargo, jugaban con ventaja: Danny, que se muestra orgulloso de su actuación y cree que mereció “dos o tres puestos más”, compitió con un ligamento cruzado roto. “Ya lo arrastraba de antes, desde hacía unos tres años, pero decidí no operarme porque suponía estar mucho tiempo parado y era difícil volver a mi mejor nivel”, recuerda sobre los meses previos a la cita nipona. “Vaya, estar en los Juegos con el cruzado roto y terminar noveno no está nada mal. Para mí, está de lujo”, exclama al percatarse, una vez más, de la envergadur­a de su hazaña.

Operación. Después de Tokio, Danny pasó por quirófano. Empezó a cocinar París. Tras ser intervenid­o del ligamento y del menisco, estuvo nueve meses alejado de la competició­n. “Me hizo cambiar mi mentalidad. Me profesiona­licé, cambié mi estilo de vida, mi alimentaci­ón y todo”, explica mientras desayuna tostadas con aguacate, predicando con el ejemplo. En 2022, cogió ritmo. En 2023, despegó. “Estaba ahí la motivación de los Juegos y tenía ganas de reventarlo”, se ríe. Entre sus resultados, destaca la victoria en la Red Bull Bowl Rippers, en Francia y “con muchos olímpicos”. Su primer gran aviso.

El segundo llegó el domingo, en la última parada del World Skateboard­ing Tour (WST), el principal circuito internacio­nal. En Dubái, se impuso con una ronda suprema (90.13 puntos) y contra varios de los aspirantes a todo en París. “No tengo palabras. No me esperaba ni estar en la final”, celebró en los Emiratos, donde compartió éxito con Naia Laso, de 15 años y también baza española para los Juegos.

Realizando trucos entre rascacielo­s, el skateboard­ing español presentó su candidatur­a para brillar en la ciudad de la Torre Eiffel. “Creo que podemos soñar con medallas, estamos muy fuertes. Depende de cómo sea el skatepark, porque no lo vamos a saber hasta unas semanas antes, de cómo lo sintamos en persona, de las rondas...”, ilusiona Danny, que tiene la plaza olímpica prácticame­nte sellada. Como Naia, deberá asegurarla en las Olympic Qualifier Series (en mayo y junio en Shanghái y Budapest, respectiva­mente), pero su actual posición en el ranking (es 9º) facilita mucho las matemática­s para estar en París, donde tiene una cuenta pendiente.

Ambición “Creo que podemos soñar con medallas, estamos muy fuertes”

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Danny León realiza un truco con los rascacielo­s de Dubái al fondo.

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