Morbo por partida doble

El FC Barcelona había tenido suerte hasta ahora en los sorteos de esta edición de la Champions League. Probablemente, por eso está donde está, en cuartos de final después de cuatro años. Pero la suerte, a estas alturas de la competición desciende de manera exponencial. Y así tocó el Paris Saint-Germain, uno de los tres cocos que se querían evitar en el vestuario de

Xavi. Los blaugrana no querían para nada enfrentarse ni al Real Madrid en una tormenta de Clásicos de tres capítulos, ni ver al

City, actual campeón de la competición liderado por Guardiola. Una eliminatoria contra los ingleses hubiera sido un megáfono para las sospechas desde el entorno de Xavi ante la colección de críticas de los supuestos guardiolistas que no le valoran sus éxitos.

Pero el emparejamiento ante el PSG tiene miga. Los franceses, con un Mbappé imperial en el Camp Nou encarriló una eliminatoria que el Barcelona acabó de perder en el Parque de los Príncipes después de que Messi fallara un penalti en el útimo minuto de la primera parte cuando el Barça iba 0-1 por delante. Si el morbo del regreso de Mbappé como rival del Barcelona antes de salir de París no fuera bastante, en el banquillo parisino estará Luis Enrique, entrenador con pasado barcelonista y que es el sueño de Deco para sustituir a Xavi. Pero no se vayan todavía, que aún hay más. En el PSG no puede pasar desapercibida la presencia de Dembélé, el mejor jugador en su posición para Xavi, técnico al que el francés dejó en la estacada este verano después de que el técnico de Terrassa le defendiera a capa y espada. Morbo al cubo.