A un Espanyol como nunca le empatan como siempre
El Tenerife iguala en el 90’ tras un monólogo perico
Homenajeó el Espanyol en los prolegómenos, mediante el espectáculo de luz y sonido de su estadio, al difunto Akira Toriyama, creador de Bola de Dragón. Se propagaba por megafonía el “llum, foc, destrucció” (luz, fuego, destrucción) de un famoso estribillo que marcó a varias generaciones catalanas. Pero el tributo estaba por llegar. A los pericos les costó encontrar el gol de la victoria más que a Goku las bolas de dragón, y cuando lo hallaron les sobrevino la luz, el fuego, la destrucción de un inesperado empate del Tenerife. Amanecen hoy los pericos engañosamente en zona de ascenso directo, y se despiden los canarios virtualmente de una hipotética promoción.
En el estreno como local de Manolo González, las múltiples bajas que sufría el Espanyol no fueron excusa para dominar, para desplegar un juego inteligente, brillante y vertical. Aunque, a la postre, sí pudieron impedir que las numerosas ocasiones se tradujeran en una goleada. Porque entre Puado y Keita Baldé lo intentaron, pero no pudieron emular al lesionado Braithwaite. Arriesgó el nuevo entrenador perico en la segunda mitad dando entrada a Melamed, a un Kenneth Soler debutante en Liga y a Gastón Valles, que contribuyó junto a Víctor Ruiz en el 1-0 anotado por Gragera a la salida de un córner.
Parecía entonces, en el minuto 84, que el Espanyol al fin había encontrado la recompensa a su incesante búsqueda. Pero el Tenerife, cada vez más aculado, al que Asier Garitano hizo defender con un 5-4-1 en el tramo final, se sirvió de otro saque de esquina para asestar, en su segundo remate a puerta, una auténtica puñalada. Eso fue el 1-1 de Sergio González, a centro de Nacho.
Engañoso Despiertan los pericos en ascenso directo, pero el empate les resta