“Mi familia va con el Athletic, me sacaron 16 apellidos vascos...” Aguirre
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¿Cómo se encuentra el equipo?
—El equipo está ilusionadísimo porque estamos en una final de Copa sin entrar en nuestro proyecto. Queremos competir, ser campeones. No es fácil, ellos tienen 25 puntos más en la Liga y nos ganaron 4-0 en el último enfrentamiento, pero nos jugamos un título y lo vamos a pelear.
—Es su segunda final de Copa, después de la de 2005 contra el Betis. ¿Diferente? —Tengo muy buen sentimiento. Estoy más reposado. En la final de 2005 era parecido, el Betis era mejor y estaba en Champions. Mis hijos eran pequeños, no podían valorar y ahora van a disfrutar una final con su padre en el ocaso de su carrera. Ahora tengo más experiencia y conocimiento del juego, también de la vida, y eso me hace estar más seguro de mi trabajo. Dicho esto con todo el respeto al Athletic y a Valverde, que nos superan en la Liga y en los enfrentamientos individuales.
—¿Qué le va a decir a sus jugadores antes del duelo? —¿Pretendes que te lo diga? No sé ni lo que voy a decir. Ya me conocen, no hago guiones. A veces sale y a veces no sale. Sé que les voy a dar herramientas. La charla del partido ya la hicimos, pero lo otro va a ser natural, no puedes actuar ni fingir porque ellos mismos, los futbolistas, lo sienten. —¿Promete algo si gana la Copa del Rey?
—Ir a Lluch, un monasterio que era tradición y cuando se salvó el equipo fue gente del cuerpo técnico, pero no yo porque no lo prometí. Pues ahora sí lo prometo.
—Su familia es vasca. ¿Con quién va?
—Están ahí, los he hecho dudar pero van con el Athletic. Se juntaron los de mi padre y los de mi madre y me sacaron 16 apellidos vascos. Recuerdo que en México todo en casa era del Athletic de Bilbao. La radio, los periódicos, un póster. Mis hermanos se quedaron siete años en Gernika y volvieron siendo más del Athletic. —¿Qué es lo que más le preocupa del rival?
—Me preocupa su velocidad. Son muy rápidos y letales con el balón al pie y al espacio. Como te equivoques en salida, te vacunan. Son muy dinámicos hacia delante y muy intensos con la pelota. Son un equipo joven y bien trabajado. —Munuera, el árbitro, expulsó a Raíllo...
—Hemos mejorado en eso. Hubo un partido en el que expulsaron a dos del cuerpo técnico y siete amonestaciones y me puse luego serio. Me irrita que nos expulsen por el pico. Larin no habla español y lleva ocho amarillas.
—¿Firma que se resuelva en la tanda, igual que en San Sebastián?
—Sí. Firmo que se resuelva a penaltis, pero a favor, ¿eh? —¿Le han ofrecido la renovación o le ha llamado alguien de México?
—No me la han ofrecido y no estoy esperando ninguna llamada de México.
—Usted es un entrenador experimentado, ¿pero siente algo diferente antes de un encuentro así?
—Sí, suben bastante las pulsaciones. Ver esta sala llena de gente significa algo distinto, no estamos los cuatro de siempre. Soy un señor con años y como diría el gran Luis, tengo aquello pelado. Estoy muy tranquilo. Cuando inauguraron este estadio de La Cartuja (Mundial 99 de atletismo) un mexicano ganó una medalla en caminata (marcha) y lo celebré muchísimo.
Promesa
“Iré al monasterio de Lluch; cuando logramos salvarnos fue allí el cuerpo técnico”
Rival
“Me preocupa su velocidad, son letales al espacio; si te equivocas, te vacunan”