“Dale, dale, que alguna cae”
El Atlético se mide con el Dortmund, espejo en lo irregular e imprevisible, en cuartos ● Un buen resultado hoy, en casa, es clave
Hace años que el Cholo sigue esa senda. Es difícil, está llena de sinsabores, resbalones y alegrías infinitas, de momentos en los que uno cree tenerlo todo y al siguiente ya no, solo el desierto, la ausencia, el regreso a la casilla de salida. Se llama “el camino de los alemanes” y su entrenador lo señala, temporada a temporada, con un grito: “Dale, dale, que alguna cae”. Se refiere a la Champions. En esta están a cuatro partidos de la final.
Si entre la 13-14 y la 1617 el Atleti alcanzó tres veces las semifinales, tan lejos no ha vuelto desde entonces. El Dortmund, su rival en cuartos, viaja a Madrid con la 12-13 presente, cuando fue subcampeón ante el Bayern, y la 96-97, campeón... Y cruzándose en la fase de grupos con el Atleti. Seis veces se han enfrentado, con tres victorias para el Dortmund, dos para el Atleti y un empate.
El Dortmund es la cal y la arena mezcladas en una temporada, espejando al Atleti en todo esta 23-24. Capaz de ganar al Bayern hace diez días, perdió en el último partido ante el Stuttgart y lucha por recuperar la cuarta plaza en la liga que da acceso a la Champions, como el Atleti. De la lucha por el título se bajó en la primera vuelta de la Bundesliga, como el Atleti también. A ambos ya solo les queda la Champions.
Espejo. “Jugaremos como si no hubiera partido de vuelta”, decía hace dos días Witsel señalando una clave: que la vuelta no será en un Metropolitano que empujó ante el Inter, en octavos. Pero el factor casa en la vuelta es alemán, esgrimiendo su muro amarillo, uno de los ambientes más intimidantes de Europa, en el que el Atleti colará 4.000 hinchas.
Simeone variará su plan: la eliminatoria ya no es un único partido a 180 minutos dividido en dos. Necesita un buen resultado en la ida. Un resultado que dé calma para afrontar la vuelta. Y esa ida es esta noche. Un partido en el que ya seguro faltará Memphis, quien llevó a la prórroga y penaltis ante el Inter, porque sus músculos se rompen tras un número determinado de partidos. 15 ahora, ya eran demasiados. Y ese era un factor desequilibrante en el banquillo. En el césped puede ser la vuelta de Nahuel, cada día más errático, aunque el regreso a la zaga de Giménez se nota: es seguro el portazo a los rivales (aunque el Atleti no deja su puerta a cero desde febrero, Las Palmas). A un lado estará Witsel, el mejor defensa de la temporada sin ser defensa, que siempre se anticipa, y, al otro, Azpilicueta, con mucho cuajo en partidos como éste.
Morata será titular junto a Grizi y ninguno está como estaba: el primero, tres goles desde Reyes; el segundo, solo uno en los últimos 11 partidos. Y con mirada preocupada al tobillo, superado el esguince, pero con temor a una recaída que deje al Cholo sin su mejor futbolista (seis goles esta Champions). Enfrente, Kobel es el portero menos goleado esta Champions (cinco tantos solamente en contra, cuatro partidos imbatido). El PSG ha sido el único, y en fase de grupos, capaz de vencerle: no pierde el Dortmund fuera de casa desde el 6 de diciembre, invicto en sus nueve últimas salidas.
Hummels repele, Sabitzer y Emre Can ordenan, Sancho pone el vértigo, Adeyemi la velocidad y Füllkrug el remate (12 goles). Brandt es la diferencia en la mediapunta. La triple parada de Oblak, aquella Champions ante el Leverkusen, comenzó con él. Era marzo de 2017 de una temporada que había comenzado como ésta. Simeone con esa frase. “Dale, dale, que alguna cae”. Y así seguirá. Hasta que caiga.