No ha sido la semana de Haaland y Mbappé
Mbappé o Haaland, Haaland o Mbappé… Durante un par de años ha sido una discusión recurrente entre los madridistas: ¿cuál de los dos interesa al club? Mbappé es jugador más eléctrico, con más magia, con mucho encanto, aparte de ser un delantero poderoso. Más del gusto de Florentino Pérez, que prefiere jugadores con ‘glamour’ a los que son simplemente eficaces o contundentes. A favor de Haaland estaba su posición, un hueco en la plantilla del Madrid, mientras que por donde se mueve Mbappé triunfa Vinicius y puede manejarse perfectamente Rodrygo. Además, el noruego tiene un físico incontenible, con el que gana en el salto, la carrera y la carga.*
Eran las figuras previas en las dos eliminatorias estrella de estos cuartos, atraían todas las miradas como sendas amenazas graves para el Madrid y el Barça, pero no ha sido su semana, por fortuna. Haaland, que ya venía sin el aura terrorífica del curso pasado, perdió clamorosamente ante Rüdiger, al que la lesión de compañeros de zaga ha servido para elevarse a la condición de indiscutible. Mbappé no llegó a tirar a portería ante el Barça, frenado por el buen dispositivo defensivo culé y por su propio aire displicente y fastidioso. No pareció sentirse de la partida. Su actitud hace bueno aquello de “cuando dices que te vas, es que ya te has ido”.
Fue la semana de actores secundarios: Rüdiger, Camavinga, Raphinha, por supuesto Cubarsí… El fútbol es un territorio demasiado amplio como para que lo llenen dos estrellas, por muy figurones del toreo que sean, y ambos lo son. Pero ante los partidos de vuelta yo sigo intranquilo: igual que Guardiola dijo que es imposible ganarle dos veces al Madrid, creo que se puede decir que es imposible que este par de fenómenos peguen dos petardazos seguidos. De aquí a la semana que viene seguiré mirándolos con preocupación y deseando que de una vez se confirme la llegada de Mbappé al Madrid y soñando con que el siguiente en venir sea Haaland.
Eran las figuras previas en las dos eliminatorias estrella de estos cuartos, atraían todas las miradas”