Se fabricará en cuatro continentes

y Sport Plus. BMW y Audi cuentan también con amortiguadores regulables, así que la cosa se pone interesante en esta comparativa.

Este Clase C vuelve a beneficiarse de su dieta de aluminio para, junto a sus formas aerodinámicas (cx de 0,24), reprimir su sed de combustible. Y eso que no tiene el género más fresco del mercado bajo el capó. El diésel de 2,2 litros cuenta con un pesado bloque motor de los antiguos, en vez de con uno de aluminio. Eso sí, su gruesa insonorización lo convierte en un modelo de lo más silencioso. El cambio automático te permite ahorrar, pero no alcanza el confort de la caja de ocho de velocidades del BMW.

En Mercedes son gente valiente. Las ventas comienzan en primavera con los tres motores más deseados (entre 156 y 184 CV), lo que podría darle algún que otro quebradero de cabeza con los plazos de entregas y los primeros defectos de fábricas propios de una nueva tecnología. En septiembre, les seguirán dos variantes ahorradoras del pequeño diésel de 1,6 litros de Renault y el primer diésel híbrido hará acto de aparición en 2015. Además, habrá tracción integral, potentes gasolina de hasta 333 CV, un deportivo AMG con 565 CV y una producción en cuatro continentes. El nuevo Mercedes saldrá de las fábricas de Bremen (Alemania), Tuscaloosa (EEUU), Sudáfrica y Pekín (China). De esta última lo hará, además, con una versión 8 cm más larga.

De este modo, el nuevo Clase C tiene ya poco que ver con su antecesor... aparte de un precio muy alto que partirá de los 35.000 euros y se encuentra muy por encima del Serie 3 (desde 30.600 euros) y el A4 (a partir de 30.400 euros). La verdad es que los clientes también habrían querido un poco más de ligereza en lo que a precios se refiere. Eso está claro.