Los aranceles a Japón podrían cambiar
La UE y Japón planean crear un espacio de libre comercio, mientras la OMC sienta las bases para hacer lo propio en 160 países
Hace mucho tiempo que el mundo empezó a ser un lugar muy pequeño, especialmente, desde que puedes asomarte a cualquiera de sus rincones desde una ventana de tu ordenador. La globalización es un fenómeno imparable, así que antes que luchar empecinadamente contra él, resulta mejor abrazarla y aprovechar sus aspectos positivos.
Este es el espíritu que parece inspirar los recientes acuerdos alcanzados para favorecer el libre comercio, aunque está por ver si sus efectos se podrán medir de forma igualmente positiva en todas las chozas de la aldea global. Pero vayamos por partes, porque de los dos pactos recientes, uno bilateral ( UE- Japón) y otro mundial (comprende hasta 160 países), el primero es el que un impacto más rápido puede tener en nuestra economía, aunque el alcance del segundo será más profundo.
En noviembre, representantes de la UE y Japón sellaron un documento en el que se dan un año de plazo para negociar un acuerdo de libre comercio entre las dos regiones. Ahora se están sopesando diferentes escenarios para el pacto resultante, unos más ambiciosos que otros en cuanto a liberalización, pero lo que ya está previsto es que afecte directamente a las fuertes industrias del automóvil que hay en Europa y Japón.
Según reconoce la UE en sus valoraciones, seguramente será el país asiático el más benefi- ciado en este sentido, ya que se calcula que este acuerdo podría generar en Europa una pérdida de entre el 0,1% y el 0,4% de los empleos en este sector. Sin embargo, aumentarán los intercambios entre ambos países, que incrementarán sus importaciones de vehículos un 6,73% (Japón) y un 2,6% ( UE) respectivamente.
¿Significa esto que los Kei Cars nipones llegarán a las calles de Barcelona o Madrid? Puede ser, porque el documento que hay encima de la mesa contempla un esfuerzo conjunto para hacer compatibles las leyes sobre homologación de vehículos completos y piezas, precisamente, con vistas a que haya menos trabas para el intercambio.
En todo caso, que se produzca una invasión de coches japoneses depende mucho más de la ley de la oferta y la demanda, además de los gustos de los consumidores. Hay que tener en cuenta que los vehículos made
in Japan que llegan hace tiempo al viejo continente son aquellos