Le ha llegado la madurez
Los experimentos con gaseosa. En el mundo de los negocios los cambios se hacen de puntillas, de ahí que el nuevo Mazda CX- 5 evolucione, pero sin arriesgar. No hace falta. ¿ Su misión? Seguir siendo el modelo más vendido de la marca japonesa
TE VOY A DAR UN DATO CON EL QUE VAS A ENTENDER por qué Mazda no ha variado mucho a su CX-5: el 25% de los clientes de la marca nipona en todo se decanta por este SUV. Y en España es el modelo con más ventas de toda su gama. Eso da una muestra de la importancia que tiene para firma japonesa, y lo que cuida, por tanto, a su flamante SUV. De modo que nada de experimentos: el trabajo básicamente se ha centrado en tomar la ba- se del modelo anterior y remarcar algunas de sus líneas volviéndolas mucho más afiladas.
Fíjate en el frontal: los faros tienen ahora mucha más personalidad, con una parrilla más agresiva y una silueta ligeramente modificada, ya que el pilar A se ha retrasado en tres centímetros y medio lo que hace que el capó sea más prominente y tenga un mayor protagonismo. De hecho se ha alargado nada menos que 10 cm y eso le ha permitido llevar a cabo ciertas virguerías como esconder los limpiaparabrisas para aumentar y mejorar la insonorización a bordo. La zaga también se ha visto retocada, y su nueva forma trapezoidal llama bastante la atención.
Mejores acabados y materiales
Me cuelo en el interior para ver qué me encuentro. Lo primero en lo que me fijo: esa pantalla de siete pulgadas que deja de estar totalmente integrada en la parte alta del salpi-
La imagen del nuevo CX-5 es más agresiva y musculosa
cadero para ofrecer ahora un formato tipo tablet, con la parte superior al aire. Tiene una forma más panorámica y es táctil. En ella se ofrece toda la información del sistema MZD Connect, que presenta varias opciones para conectar tu smartphone, ya sea por Bluetooth o por los protocolos avanzados para Android e iOS de Apple. De hecho, el CX-5 es el primer Mazda que incorpora este protocolo. ¿Alguna pega? Quizá esta pantalla tenga un tamaño demasiado discreto para lo que se estila hoy en día (las ocho pulgadas se han impuesto como la medida estándar en muchos rivales).
Más cambios en el interior: las salidas de aire son ahora distintas, más refinadas y grandes. El botón
Android Auto y Apple Car Play de serie
de arranque se ha llevado hacia la consola central y los mandos del climatizador cambian de sitio para estar situados un poco más bajos ( antes me gustaba más su localización y estaban más a mano).
Al volante, la posición es la típica en este tipo de vehículos: elevada, con las piernas más flexionadas que en una berlina y con muy bue-
na visibilidad sobre la carretera. La sujeción de la espalda es normal ( nada del otro mundo), pero el mullido sí es destacable.
En la fila trasera sorprende lo mucho que abren las puertas, lo que favorece un buen acceso a esta zona. Cosas que antes no estaban disponibles: los respaldos traseros se pueden inclinar en dos posiciones para lograr una postura más confortable. También apunta la doble salida de aire específicas para esta fila ( antes no existía) y unas bolsas en las puertas de mayor tamaño. En cuanto a dimensiones, el CX-5 no destaca especialmente entre sus rivales, aunque es suficientemente amplio y dos adultos de más de 1,80 m no van a tener problemas para acomodarse
Las plazas traseras son algo más amplias
en sus butacas traseras ( la plaza central es más incómoda, aunque esto es algo que pasa comúnmente). Donde mejor se sitúa con respecto a la competencia es en la distancia para la cabeza, con 97 centímetros. Luego, en cuanto a espacio para las rodillas o en anchura para los hombros, tiene a unos cuantos rivales por delante, aunque las diferen-
Mazda no ha revolucionado el interior de su nuevo CX-5, aunque le ha dotado de una apariencia más moderna y actual. La pantalla, por ejemplo, está ubicada más arriba. Las salidas de aire son más estilizadas y lo que sí ha variado es la ubicación del botón de arranque y los mandos del climatizador. La impresión de calidad es más alta que
antes y el equipamiento mucho
más moderno en cuanto a asistentes.
Maletero aprovechable
¡Me pongo en marcha!
cias son mínimas. No obstante, Mazda puede sacar pecho, porque hay también otras marcas Premium que ofrecen menos centímetros en sus plazas traseras. ¿ Y en la zona de carga? El maletero del nuevo CX- 5 ofrece 506 litros de capacidad, lo que no está nada mal, aunque nuevamente se queda ( por poco) por detrás de competidores como un Volkswagen Tiguan o un Honda CR-V. Aun así, tampoco es el más escaso, ya que un Ford Kuga ofrece menos maletero, con sus 456 litros bajo el portón trasero. Hablando de la apertura, en este CX- 5 es totalmente eléctrica y su ángulo es destacable (nada de golpearse la cabeza para personas de talla alta). Lo que echo en falta ( y que cada vez es más común) es la apertura sin manos, que se acciona con pasar el pie por debajo. Lo primero que destaco de este bloque de 2,2 litros ( inusual por su cilindrada) es su suavidad de funcionamiento. Al ralentí ni suena ni transmite vibraciones al interior. En este caso se asocia a un cambio manual de seis velocidades que es todo precisión: movimiento cortos y sin margen de error. Buen trabajo. De la dirección tampoco tengo tacha. Funciona según uno espera: es lo suficientemente directa y rápida para ser un SUV. Un Volkswagen Tiguan o un Ford Kuga tienen mejor tacto a altas velocidades, pero desde luego que el compromiso que ha logrado Mazda con el CX- 5 al volante es bastante acertado.
Tampoco es el más dinámico de su segmento ( un Seat Ateca se muestra más ágil en un tramo de montaña), pero una vez más, este Mazda responde realmente bien a los cambios de apoyo y sigue fielmente la trayectoria que ordenas con el volante. Al final todas estas buenas sensaciones son producto del trabajo de los ingenieros, ya que el nuevo CX- 5 es un 15% más rígido que el anterior y la electrónica se encarga de variar continuamente el par que llega a cada rueda, incluso tomando como variable el ángulo de la dirección (el sistema encargado de hacerlo se denomina G-Vectoring Control). La guinda la po-
ne una tracción integral i-Activ que distribuye la fuerza entre cada eje en función de la situación específica de adherencia que haya entre ambos ejes. Todo ello hace que los 40 kilos extra que pesa este CX-5 pasen casi desapercibidos.
Y eso me lleva a hablar, por último, del consumo, un dato que aunque se aleja del ofrecido de forma oficial por la marca, tampoco es descabellado: los 6,6 litros que he conseguido en mi recorrido de pruebas son un buen dato y te permiten disfrutar de una buena autonomía.