Auto Bild

La genial creación de un genio

Este deportivo es extremo desde cualquier ángulo: Ligero, veloz, afilado... ¿Y con motor Ford?

- GEORG KACHER @ AutoBildSp­ain

Un proyecto de

cientos de millones, que no pretende sacar beneficios. Bien por Dallara, que se lo puede permitir. El Stradale corona la obra vital de su creador y se

enfrenta sobrado de argumentos a Ferrari y compañía.

ESTE BIPLAZA SE LLAMA DALLARA STRADALE. Toma el nombre del fundador de la firma, Giampaolo Dallara, de 81 años. Y Stradale, porque se trata de la primera creación para carretera ( stradale en italiano) del veterano maestro. En su variante básica, Barchetta, cuesta 184.450 euros. Y equipado con todo, incluidas las puertas basculante­s (7.300 euros), alcanza los 221.340. Si quieres añadir el techo, 7.700 euros extra, y también hay que rascarse el bolsillo para poner el parabrisas, que implica pagar la módica cantidad de 16.600 euros. Eso sí, incluye los limpias y el climatizad­or. Todo un gesto... Que es un modelo muy particular también lo demuestra el hecho de que los primeros ejemplares fueron a parar, en noviembre de 2017, a clientes tan ilustres como el expiloto de Fórmula 1 Jean Alesi, o los dueños de la dinastía Barilla (la marca de pasta, sí).

A primera vista, este biplaza de 1,04 metros de alto parece el típico roadster radical diseñado para los adictos al circuito. Pero al verlo con calma llegan las sorpresas: por ejemplo, cuando descubres que solo pesa 910 kilos, incluidos los líquidos refrigeran­tes, el aceite del motor y la gasolina; que es capaz de repartir 820 kilos presión en los dos ejes a elevadas velocidade­s; o de generar aceleracio­nes transversa­les de 2 G. Algo que no logra ni un Ferrari.

Este bólido de carbono, diseñado por Lowie Vermeersch y Giovanni Piccardo, es una obra de arte de la aerodinámi­ca. Su secreto son dos canales independie­ntes. Uno conduce el aire para refrigerar el turbo y los frenos; el otro recorre los laterales, hasta llegar al motor, situado en posición central. Ambos logran un efecto aerodinámi­co, que pega el coche al asfalto.

Para motorizarl­o, Dallara llamó, entre otros, a las puertas de Alfa y Au- di, aunque finalmente se decidió por un sencillo cuatro cilindros de Ford, con 2,3 litros de cilindrada, 400 CV de potencia y 500 Nm de par máximo. También la caja manual de seis velocidade­s proviene de Ford. Si lo prefieres, tienes un cambio de doble embrague que, eso sí, añade 40 kilos a la báscula. La carrocería monocasco y el chasis están hechos en sus propias instalacio­nes cerca de Bolonia, donde se añaden también el armazón de aluminio, la suspensión de doble triángulo, los frenos Brembo, la dirección sin asistencia eléctrica y el bloque motor. La marca planea llegar a una producción de cinco unidades por mes. En cinco años, los italianos quieren fabricar 600 Stradale, de los cuales 120 ya están vendidos. Para las reparacion­es o el mantenimie­nto, en caso de necesidad, los mecánicos volarán directamen­te desde Italia.

“El Stradale no es precisamen­te un negocio para forrarse”, me dice Dallara, y encoge los hombros: “Pero yo llevo soñando toda mi vida con un coche así y he cumplido ese sueño. Es un coche para devorar el asfalto y sentir la dolce vita, por supuesto, pero adaptado a los nuevos tiempos, porque cuenta con filtro de partículas y certificad­o Euro 6”.

El Dallara Stradale acelera de 0 a 100 km/h en 3,25 segundos, alcanza los 280 km/h y frena desde los 100 km/h en 31 metros. “En un principio, me había planteado una máquina más radical sin ABS ni ESP”, me dice el padre del Miura . “Pero con el tremendo potencial de este coche sería una irresponsa­bilidad prescindir de esos elementos de seguridad. Quien quiera, eso sí, puede probar la versión de competició­n que estamos proyectand­o”. Si lo dice el Sr. Dallara, habrá que creerle...

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain