Nissan X-Trail/Skoda Kodiaq: a la búsqueda del mejor SUV grande
El Nissan X-Trail recibe un actualizado motor de gasolina con 160 CV, que supone un soplo de aire fresco para este SUV. Aquí comprobamos si este cambio es suficiente para luchar contra el Skoda Kodiaq
ANTES, HABRÍA SONADO A UN CHISTE: "¿Qué motor tiene tu nuevo SUV?" "Un gasolina de 1,3 litros". ¡Me parto! Porque en otros tiempos los SUV llevaban un 3.0 V6 diésel bajo el capó y los bloques de 1,3 litros estaban reservados únicamente para el segmento de los coches más pequeños.
Hoy, Nissan recurre a esta cilindrada en el X-Trail y desafía al Skoda Kodiaq con plena confianza en sí mismo. De acuerdo, estos dos todocamino de tracción delantera tienen tanto que ver con los todoterreno reales como los picos de la sierra de Madrid con las Montañas Rocosas, pero vaya por delante también que este propulsor de 1,3 litros ya ha sido probado con éxito en varios modelos de Renault y en el nuevo Clase A de Mercedes. Sin embargo, en el Nissan X-Trail, un modelo que se lanzó en 2013, este pequeño propulsor turboalimentado parece un tratamiento de rejuvenecimiento express para el veterano SUV japonés.
En combinación con la caja de cambios automática de doble embrague de siete velocidades, lo cierto es que el motor 1.3 DIG-T empuja que da gusto. No es de extrañar, solo hay que comprobar que ofrece 160 CV de potencia con un par máximo de 270 Nm a 1.800 rpm. De repente, todas las similitudes con los perezosos motores de gasolina de 1,3 litros quedan desterradas.
Algo más conservador, el Skoda lleva bajo su capó el TSI de 1,5 litros, que siempre se queda atrás por unas pocas décimas en los test prestacionales que hemos realizado. Uno de los motivos es que ofrece menos potencia: 150 CV. Además, desde la arrancada, el checo necesita unos segundos extra: al parar en una intersección, hasta que el sistema de Start-Stop reinicia el motor y la transmisión está de nuevo lista para propulsar, no iniciarás la marcha. Y esto es especialmente incómodo, sobre todo, cuando realizas pequeñas maniobras de aparcamiento. Sin du
da, se trata de un problema típico del cambio DSG.
El Nissan es algo mejor en esta situación, pero no resulta plenamente satisfactorio, porque una vez en marcha el cambio es algo más brusco y no realiza los saltos entre marchas con tanta suavidad. En el Skoda no sabrás que está cambiando de velocidad si no miras el cuentavueltas. Ni siquiera percibes cuando desactiva los cilindros dos y tres. Pero sí lo notas en tu bolsillo: con 7,7 litros, consume 0,2 menos de media que el Nissan. En una utilización más exigente, esta diferencia se hace mayor, ya que los límites de un motor afectado por el downsizing como el del X-Trail se sienten y se escuchan más en el habitáculo.
Por cierto, si vas a tirar de un remolque, los conductores de estos SUV echarán de menos el poderío de los motores diésel de hace unos años. Mientras que el primer X-Trail podía arrastrar hasta 3,5 toneladas, dependiendo del motor, ahora debe conformarse con 1.500 kg. Por otro lado, el eje delantero del Nissan no ofrece un comportamiento muy preciso. A menos que conduzcas de forma muy relajada y en una carretera en buenas condiciones y con buena climatología. De lo contrario, ya sea en curvas cerradas, en carreteras mojadas o simplemente rodando a buen
El nuevo motor de gasolina de 1,3 litros con 160 CV del X-Trail es el mismo que utiliza el Clase A
ritmo, le cuesta mantener la trayectoria y hace que las ruedas chirríen. Además, la dirección tiene un tacto mejorable.
Con sus 1,8 toneladas, el Skoda tiene más capacidad de remolque y su comportamiento transmite más seguridad: su dirección es precisa, predecible y lineal; y su chasis resulta equilibrado. Además, incluso a una velocidad elevada en una carretera de montaña, el control de estabilidad contiene a este automóvil en curvas con tanta consistencia que aquellos con aires de piloto se sentirán rápidamente gratificados.
Por su parte, la electrónica del Nissan evita cualquier indicio de ale
gría al volante. Aunque no olvidemos que en AUTO BILD, en nuestro circuito de pruebas llevamos los coches al límite y lo más probable es que estos todocamino con pequeños motores de gasolina sean comprados por familias que buscan, sobre todo, espacio interior, más que por excampeones mundiales de rally.
Nuestros dos protagonistas ofrecen un amplio habitáculo con cinco asientos y maleteros de gran capacidad. El Nissan convence con un espacio de carga plano y sin escalones. En espacio también cumple con creces el Skoda, pero el suelo del maletero no queda complemente plano como en su rival japonés.
Skoda demuestra, una vez más, que es una marca experta en rascar espacio hasta en el último rincón. Con casi las mismas dimensiones exteriores, el Kodiaq ofrece un poco más de desahogo en el habitáculo, aunque hablamos de solo un par de milímetros. Desde luego, nadie puede quejarse de estrecheces en la parte trasera del X-Trail. Eso sí, en el Skoda el acceso al interior es más amplio, el asiento más largo, el espacio para las piernas es impresionante y el tapizado de los asientos es más agradable. Además, ofrece una visibilidad circular mucho mejor, algo que tiene gran valor entre estos SUV de carrocerías elevadas.
El Kodiaq hace valer un mayor dinamismo, aunque sus prestaciones sean algo peores
En el X-Trail queda patente que es un coche ya con unos cuantos años encima cuando manejas los principales elementos de control. Su navegador ofrece una pequeña pantalla que, al lado del Columbus del Skoda, se ve como de otra era. Solo nos convencen algunos botones de acceso directo y la ruleta para el volumen, ya que en el Skoda no están disponibles.
Y llega el momento de pasar por caja. El X-Trail DIG-T de 160 CV, con el cambio automático de doble embrague con acabado N Connecta que hemos probado resulta 2.677 euros más barato que el Kodiaq 1.5 TSI Style. Estos datos son sumando el
coste de las opciones de nuestras unidades de pruebas. Las versiones más básicas, que son las que evaluamos en nuestro protocolo, cuestan 30.800 euros en el caso del X-Trail DIG-T DCT con acabado Acenta y 32.780 para el Kodiaq 1.5 TSI DSG Ambition. Como puedes ver, el Skoda siempre resulta más caro que el X-Trail, sin tener en cuenta los posibles descuentos que te pueden hacer en concesionario.
Pero el Nissan pierde su ventaja del mejor precio de compra con la misma rapidez que su valor residual, más bajo, o sus intervalos de mantenimiento más cortos: 20.000 kilómetros frente a las 30.000 km del Skoda. En ambos casos, eso sí, durante un tiempo máximo de un año.
No obstante, el X-Trail gana el apartado de costes, porque ofrece tres años de garantía, uno más que el Skoda. Fuera de eso, no puede destacar más y, al final, solo hay un ganador y el Skoda gana al Nissan con un amplio margen. Por cierto, eso también habría sonado a chiste en los años ochenta cuando los checos fabricaban el triste Favorit.