BMW M8 Competition, fuerza bruta con 625 CV
No todos los días te pones a los mandos del coche de producción más potente de la historia de una marca. Este BMW M8 Competition de 625 CV es para perder la cabeza. Lo hemos probado y es alucinante
PARA QUE TE HAGAS UNA IDEA DE LO EXCLUSIVO y diferente que es este coche, basta con saber que es el único BMW de la historia, junto con el M3 E30, que ha debutado antes en competición que en los concesionarios. Sólo con esta presentación ya impresiona y deja claro su enfoque puramente deportivo. Pero permíteme que te cuente los detalles.
Está disponible tanto con carrocería coupé como descapotable, y por fuera se diferencia del resto de la gama porque introduce una serie de modificaciones de corte racing, como la gran variedad de piezas de fibra de carbono que decoran el exterior (retrovisores, techo y tomas de aire), así como las molduras específicas que mejoran la aerodinámica y la musculada carrocería.
Sí, su estética impresiona, pero se queda prácticamente en nada cuando el motor cobra vida. Se trata de un formidable V8 TwinTurbo de 4,4 litros con 625 CV y un par motor de 750 Nm, que está distribuido por medio de una transmisión automática al sistema de tracción total xDrive.
La caja de cambios, por cierto, es de tipo convertidor de par y no de doble embrague, porque no soportaría tanto par. No obstante, esta M Steptronic de ocho velocidades desarrollada por ZF tiene un funcionamiento intachable y le ayuda a ganar velocidad de manera sorprendente, teniendo en cuenta que ronda las dos toneladas de peso (1.960 kg).
Sus prestaciones son descomunales: acelera de 0 a 100 km/h en sólo 3,2 segundos (3,3 el Cabrio) y alcanza una velocidad máxima de 305 km/h si lo compras con el
Driver's Package (normalmente, la velocidad está limitada a 250 km/h).
Como te decía, cuenta con tracción a las cuatro ruedas de serie, pero el sistema xDrive en este caso está configurado para dar prevalencia al eje trasero y, por tanto, primar el dinamismo. De hecho, cuenta con un modo para pilotos y amantes de la conducción extrema (seleccionable al desconectar el control de estabilidad) en el que el 100% del par se envía únicamente al eje posterior.
Teniendo en cuenta su tamaño y peso, da la sensación de ser increíblemente ágil y manejable. El buen set up de la suspensión te permite atacar curvas rápidas con mucha velocidad y transmite una total confianza. Pero si entras fuerte en las curvas cerradas, sus dos toneladas no logran pasar del todo desapercibidas.
Si tuviera que ponerle un pero, diría que sus frenos las pasan canutas para detener con solvencia esta mole, que te hace llegar a las curvas mucho más rápido de lo que imaginas. Y eso que cuentan con una función Sport que acorta el recorrido del pedal. Así que, ya metidos en gasto, veo casi un requisito indispensable comprarlo con los frenos carbocerámicos opcionales.
El BMW M8 Competition Coupé cuesta 192.500 euros. Y si prefieres la versión descapotable, debes sumar 8.000 más, porque cuesta 200.500 euros.