DEL ASFALTO ALA NIEVE
No hace falta que el Cupra Ateca demuestre cómo se las gasta sobre asfalto seco, pero faltaba por ver si es capaz de sobrevivir a una carretera de montaña cubierta de nieve. ¿Quieres saber cómo se ha desenvuelto en este reto la versión Limited Edition?
MUCHOS SON LOS QUE NIEGAN EL CAMBIO CLIMÁTICO, PERO QUE A ESTAS ALTURAS del año me esté dirigiendo hacia el corazón de los Alpes suizos y el termómetro supere de largo los 10 grados con un magnífico sol por montera (y ni una nube en el horizonte) no parece muy alenta-dor. Mi destino es Davos, la famosa ciudad donde se reúne anualmente el Foro Económico Mundial, que es la elegida por Cupra para dejarme probar su Ateca en las peores condiciones de hielo y nieve, aunque de momento las perspectivas no prometan. Mientras me voy acercando, mi conducción a bordo de este SUV de claro talante deporti-vo no puede ser más tranquila y suave. Na-da de buscar los límites en un país donde se pagan muy caros los excesos de velo-cidad y las multas te pueden hacer un buen roto en tu cuenta corriente. Desde Zúrich hasta Davos hay dos horas de viaje, que transcurren funda-mentalmente por autopista, hasta llegar al lago Walensee. A una media de unos 110 km/h, apro-vecho para repasar los datos de este Cupra Ate-ca Limited Edition que llevo en mis manos. ¿Qué supone ese apellido? Te respondo: más exclusividad. Es una edición limitada a 1.999 unidades (de las que 350 llegarán a España) que añade mejoras como, por ejemplo, un mayor ancho de vías, unas llantas de 20 pulgadas, discos de freno delanteros ventilados y perforados con pinzas de mayor tamaño (firmadas por Brembo) y un paquete exterior de fibra de carbono que le da un aspecto más racing. Por si fuera poco, el sistema de escape Akrapovic viene de serie en esta versión. Pero lo más interesante, por supuesto, es el motor: bajo el capó respira un cuatro ci-lindros turbo de 2,0 litros y 300 CV, con un >>
El escape Akrapovic es de serie en esta versión Limited Edition y suena como te lo imaginas: ¡menudos petardeos!
>> par máximo de 400 Nm, con el que alcanza una velocidad máxima de 247 km/h y es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 4,9 segundos. Pero en condiciones de muy baja adherencia, como las que me voy a encontrar, hay que habla r de la tracción 4x4: el siste m a 4Dr ive será e l valedor e n e sta pr ue - ba. ¿Cómo funciona? Analiza las condiciones de grip, la veloc idad, e l áng ulo de giro del volante, y el est ilo de conducción, para enviar fuerza a la rueda o ruedas más adecuadas. El corazón de este sistema es un embrague multidisco que distribuye la fuerza en un 50/50 (aunque puede enviar todo el par al eje posterior). ¡Comienza la acción! Según me acerco a Davos, por fin la nieve sale a mi encuentro. No veo el momento en el que los neumáticos de i nvierno con los que va c alzado este Atec a den lo mejor de sí. Llego al hostal Zum Tschuggen, a 1.920 m, y quien me está esperando es, ni más n i menos, que el mismísimo Jordi Gené, uno de los responsables de la puesta a punto del Cupra Ateca y quien ha logrado que sea un SUV tan dinámico como divertido en asfalto seco. Lo que tendrá que demostrar es si es igual de sorprendente sobre la nieve y el hielo. Pa ra ello, tengo varias pruebas que supondrán u n reto también para mí. ¿La primera? Un tramo off road bastante estrecho que acaba en la lo alto de una loma, cuyo descenso va a poner a prueba mi vértigo. Pero, con el control de descenso activado, es como un juego de niños, pese a que la pendiente se sitúa entre el 20 y el 30% de desnivel. Una vez abajo, una pequeña pista de hielo tiene pintado un eslalon para jugar con los pesos y empezar a hacer manos. Aquí no hay que frenar, simplemente dosif icar el acelerador, dar v ueltas de volante como un loco y apuntar siempre hacia el siguiente cono dejando todo el trabajo a la tracción 4Drive, para que este divertido ejercicio sea todo un éxito. ¡Y lo es! Pequeños giros de la dirección hacen que los pesos cambien y ay uden a girar a l Cupra a una veloc idad que de otra forma sólo acabaría en un bonito y espléndido subviraje. Rozo varios conos, pero salgo airoso y listo para la g uinda del día: subir por el puerto de montaña. Se trata del Flüelapass, un puerto de alta montaña que conecta Davos y Susch en el Valle de Engadin. Como hay una a lternativa en forma de tú nel, en invierno se cierra al t ráfico, pero Cupra ha obrado el milag ro y podemos acceder a la cumbre, a 2.383 metros de altura. Son seis kilómetros de asfalto helado y nieve con curvas cerradas, horquil las y un desnivel que llega hasta el 12%. Desconecto el control de estabilidad por completo y elijo el modo más deportivo: Cupra. ¡Hay que divert irse! Acelero a fondo y los neumáticos de invierno luchan por no perder la batalla, pero es imposible. Derrapo y la trasera se mueve, pero salgo hacia adelante ganando velocidad como un poseso. Dosifico la frenada: está muy delicado. Poco a poco voy ascendiendo y por momentos me creo un piloto de rallys. La tracción 4Drive lo pone muy fácil. Jugar con la zaga a la salida de las curvas es súper sencillo y un pequeño contravolante de la dirección hace que todo se quede en su sit io y pueda seguir acelerando. Al final llego a la cima y la sensación de diversión llega hasta el infinito. Cupra ha demostrado que su Ateca no sólo es u n SUV ef ic az en as falto, ta mbién te lo hace pasar en grande cuando los niveles de adherencia son mínimos fuera de él.