Descubre cómo es la autocaravana más lujosa del mundo
En una fábrica de Alemania producen autocaravanas de lujo a dos millones de euros la pieza, con estacionamiento en sus bajos para aparcar un deportivo e incluso con inodoro calefactable. La idea es del inventor Gerhard Volkner. ¿Quieres conocerlo?
EN PERSONA Gerhard Volkner
Nacido en Wuppertal, Alemania, dejó la escuela a los 14 años para convertirse en aprendiz en una fábrica de coches. En 1976, crea su propia empresa dedicada a producir remolques. A finales de los años 80 hizo su primer 'motorhome'.
DE ALGUNA MANERA, TODA GRAN HISTORIA empieza en un garaje. Apple y Google se fundaron en uno; Amazon, también. Pero Gerhard Volkner le da otra vuelta de tuerca al concepto: él, directamente, ha reinventado el garaje. Volkner, de 63 años e ingeniero desde que tiene memoria, construye garajes para llevar. Abres la puerta, metes el coche y cierras la puerta. Luego, conduces tu garaje a un lugar bonito, y con suficiente espacio. Por ejemplo, en el lago de Garda o en el Pacífico.
Pero antes de arrancar el motor de 460 CV de este parking nómada, mejor echar un vistazo a su fábrica en Wuppertal (Alemania), que es algo así como el Silicon Valley de las caravanas.
Aquí, en un pequeño polígono industrial, la familia Volkner construye las que probablemente sean las autocaravanas más lujosas de Europa, o del mundo, con un garaje incluido y patentado, para poder llevar
un 911, un Ferrari o, si lo prefieres, un modesto Clase C.
"Todos los propietarios reciben un pequeño curso de formación sobre su vehículo aquí mismo", dice Volkner. Habla de sus clientes, como quien lo hace de los dueños de un yate. No exagera. Sus yates de asfalto miden hasta 12 metros de largo y pesan 18 toneladas. Y cada periodo de instrucción puede requerir de hasta cuatro días. "Tampoco vuelas una avioneta Cessna así como así", justifica el inventor.
Algunos vienen de Estados Unidos, Rusia y China. "Los clientes extranjeros tienen que conducir 3.000 kilómetros a través de Alemania y vivir en la autocaravana durante al menos dos semanas antes de exportar el vehículo", dice Gerhard Volkner. "Sólo entonces los motores han hecho su rodaje y podemos hacer los ajustes finales".
En la fábrica trabajan 35 empleados implementando lo que Gerhard y los futuros propietarios han pensado. "Cada autocaravana es única y está hecha según las especificaciones del usuario", dice Volkner. Y estos deseos no tienen límites: "Tengo un cliente al que le gustaría tener una piscina en el techo", asegura. Poco tiempo después reconoce que actualmente ya está trabajando en esa solución...
Los Volkner Mobil se basan en autobuses Volvo, con suspensión neumática y motor trasero. Los suecos sólo le entregan lo más rudimentario: el motor y los ejes. Los Volkner construyen el resto: chasis, cabina del conductor, paredes y todo el interior. Esta mañana, un empleado ha instalado una calefacción de suelo; otro, una de parabrisas. Al lado hay una pequeña carpintería. La chapa de madera es uno de los extras más caros. Cualquiera de sus caravanas lleva alrededor de 100.000 euros en equipamiento adicional.
Un yate sobre ruedas
¿Y quién compra algo así? ¿Quiénes son los clientes de Volkner? Magnates, dentistas y líderes de grupos empresariales a quienes les gusta tener otro barco en sus vidas. Algunos se van de vacaciones con su autocaravana, como es natural, pero otros viajan un poco más. "Hace dos años entregamos una autocaravana a una pareja de jubilados. Hasta entonces, habían vivido en al sur de Alemania y nunca antes habían tenido una autocaravana. Ahora, sólo regresan a su casa de vez en cuando para tomarse unas vacaciones de viajar".
Cualquiera que trate con Gerhard Volkner conocerá a un inventor muy sensato, que conduce un Mercedes Clase X y se dedica a coleccionar
camiones viejos y maquinaria de construcción, que mantiene en su tiempo libre.
A la edad de 14 años, Volkner comenzó su aprendizaje en una fábrica de vehículos y, en 1976, formó su propia empresa. Construyó remolques para jinetes alemanes y para la industria africana de la caña de azúcar. Y ahora hace autocaravanas para las que es necesaria una licencia de conducción de camión: miden entre ocho y doce metros de largo y la más barata cuesta solamente 395.000 euros.
Al igual que sucede con una casa, cada autocaravana está hecha con arreglo a las especificaciones del cliente. Hay a bordo hasta 1.000 litros de agua dulce, hay una cortadora de pan eléctrica en la cocina, la ducha tiene efecto lluvia como en una selva tropical, el asiento del inodoro es calefactable.
Y con el modelo Performance, el habitáculo sale 50 centímetros sobre una base de diez metros. Así se añaden entre 30 y 35 metros cuadrados de espacio habitable en unos segundos.
Desde los primeros planos hasta la entrega, el proceso dura 18 meses. Por supuesto, Gerhard y su esposa, Stephanie, los supervisan personalmente. Los clientes tratan directamente con ellos en algún momento. Los Volkner son de remangarse la camisa. Extremadamente cercanos. Un cliente, Willy (nombre inventado como medida de precaución) llamó y dijo: “Escucha, ahora te he transferido 500.000 euros. Mi secretaria dice que deberíamos dejarlo por escrito de alguna manera".
Hasta la fecha, han cumplido todas sus peticiones. Techos practicables, tapices en la pared o una cocina extraíble al aire libre que incluye un grifo de cerveza. Si lo deseas, también puedes tener suelo de roble... ¡tratado por los propios Volkner! "¿Qué es más divertido que poder trabajar con lo mejor y con los materiales más caros?", dice Stephanie mientras se ríe.
Sin embargo, los clientes generalmente no son demasiado extravagantes, dicen, aunque reconocen que sí "suelen pedir productos naturales de la más alta calidad".
¿Qué hay más divertido que poder instalar lo mejor y más caro?"