TEST Mini Cooper SE Un coche eléctrico pensado solo para la diversión en ciudad. ¿Y cuál es el problema?
Con el Cooper SE eléctrico Mini se aprovecha de la tecnología del BMW i3 y así encuentra su verdadera vocación como vehículo urbano. Aunque, lamentablemente, es caro
ESTE MINI COOPER 'SE' ES COMPLETAMENTE nuevo, pero tiene detrás una larga tradición. Así que, antes de empezar, aquí va un repaso a su historia.
El Mini original lo inventó Sir Alec Issigonis como el primer coche pequeño moderno con motor transversal de tracción delantera. Todo comenzó en 1956, como un efecto de la crisis del Canal de Suez. Tres años después, el Mini vio la luz, pero todavía como Austin. Sólo para comparar, en ese momento, en Alemania triunfaba el VW Escarabajo, en Francia reinaba –entre otros– el Citroën 2CV y España se empezaba a motorizar con el Seat 600.
Volviendo a Mini, casi desde origen el apellido Cooper se asocia inmediatamente a la marca, porque John Cooper, amigo de Issigonis, le vio potencial como coche de carreras. Así nació el Mini Cooper, con motor de 848 cc y 34 CV. En 2001, Mini pasó a formar parte del cosmos de BMW, que evolucionó su diseño y creó incluso nuevas versiones como el Countryman. Y ahora nace un nuevo miembro de la familia, el Mini Cooper SE.
Las exigentes normativas de la UE en materia de contaminación están obligando a los fabricantes y a los clientes a utilizar la electromovilidad. Y aunque, a veces, no miramos a los coches eléctricos con buenos ojos, realmente son muy disfrutables y tienen muchas ventajas. Pero también hay desventajas. Y este Mini Cooper SE es un ejemplo de ello.
Cuando nació, el Mini era un excelente ejemplo de utilización del espacio. Con una longitud exacta de 3.060 mm, ofrecía espacio para cuatro personas y su correspondiente equipaje. Hoy en día, un Smart
Basta una vuelta en el Mini eléctrico para que te guste. Su precio es para reflexionar un poco más
Fortwo (dos plazas) mide 2,7 metros de largo y el Mini actual ha crecido hasta los 3.845 milímetros. Pese a todo, sigue siendo mini, porque algunos modelos de sus segmento sobrepasan ya los cuatro metros. Sin embargo, no esperes encontrar demasiado espacio en este Mini. Al menos, detrás de los asientos delanteros que, eso sí, son realmente cómodos. Las regulaciones actuales de choque hacen que las puertas sean gruesas y los refuerzos de la carrocería demasiado prominentes, por lo que ya no hay espacio suficiente para los pasajeros y el equipaje. Eso sí, el conductor (y el copiloto) lograran una posición de conducción óptima en las plazas delanteras.
Por otro lado, el maletero ofrece una capacidad de 211 litros, así que no caben más de dos cajas de refrescos o un par de maletas de cabina bien encajadas, porque los chicos de Mini han escondido el cable de carga debajo del suelo y eso le resta un poco de espacio a esta zona. Así que, si quieres llevar más cosas, te verás obligado a plegar al menos uno de los asientos traseros.
Lo que me gusta es que, igual que el resto de modelos de la marca, utiliza materiales de calidad y tiene unos ajustes a la altura.
Detalles específicos del Cooper SE
Esta versión eléctrica tiene una pantalla específica situada tras el volante, que vincula perfectamente la tradición propia de la marca con la modernidad que se espera de un vehículo eléctrico.
Paso ya a mencionar su base mecánica. Y en este sentido, hay que especificar que el Mini Cooper SE ha heredado la tecnología del BMW i3s, es decir, un propulsor eléctrico que genera 184 CV y, lo que es más importante, 270 Nm de par desde el primer pisotón.
Pero, como en la vida real, los hermanos pequeños nunca están contentos cuando tienen que usar la ropa de sus hermanos mayores. En este caso, esto significa que el Mini tiene que conformarse con una batería de menos de 29 kWh de capacidad útil, mientras que el BMW i3s la tiene de 37,9 kWh. Así que el Mini SE ofrece una autonomía de 230 km, frente a los 279 del BMW. Y la realidad es aún peor, porque con el Cooper SE en esta prueba no llegué a rodar más de 200 kilómetros y eso que traté el pedal del acelerador con todo el cariño del mundo.
Seguro que te gustará mucho más cuando lo conduzcas, porque en marcha te das cuenta de que en el modo deportivo se muestra mucho más poderoso de lo que aparentan los 7,3 segundos que Mini promete en sus datos oficiales de aceleración de 0 a 100 km/h, porque pisas a fondo y el Mini te deja clavado en el asiento y, si no levantas el pie, continúa, sin interrupciones, con el mismo ímpetu, hasta los 150 km/h, que es la velocidad máxima a la que está limitado electrónicamente para no derrochar en exceso la energía almacenada en la batería.
La ventaja es que este Mini eléctrico se llena por completo en un cargador rápido en sólo 35 minutos. Pero, hablando de estar llena, la que debe estar repleta de billetes es tu cartera, porque este modelo cuesta como poco 33.950 euros. Eso es muy Mini, pero no es un precio mini.