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Se cumplen 125 años desde que Skoda comenzó a hacer coches Repasamos su historia a través de 11 modelos

empezaron Václav Laurin y Václav Klement En 1905, han marcado a hacer coches. Aquí puedes ver 11 de los que la historia de la marca o que lo harán en el futuro

- Texto Stefan Voswinkel

ESTA HISTORIA NO EMPIEZA EN 1905, CUANDO LOS DOS Václav, Laurin y Klement, comenzaron a fabricar automóvile­s, ni tan siquiera 10 años antes, cuando en 1895 se unieron para hacer bicicletas, sino mucho más tarde.

Mi historia personal con la marca Skoda arranca a final de la década de 1980, cuando Alemania ya había dejado de estar dividida por un muro y se podía viajar por la Europa del Este sin problemas. De camino hacia unas vacaciones de verano en Grecia, a bordo de una vieja furgoneta Volkswagen a punto de hacer su viaje final al desguace y con el maletero más ocupado de repuestos que de equipaje, >> con dos adultos y tres niños

>> dentro –yo, uno de ellos–, el camino nos llevó a atravesar Praga, por entonces capital de un país que se llamaba Checoslova­quia. En mi pueblo, en Alemania, había una especie de ley constante del automóvil a la que me había acostumbra­do desde pequeño. El alcalde llevaba un Volkswagen, el carnicero un Mercedes y el médico, un Opel. Y nosotros éramos los que iban en la desvencija­da furgoneta Volkswagen, aunque molona con una playa y olas pintadas en su carrocería. Entonces, Skoda era prácticame­nte una marca desconocid­a para mí. Cuando llegamos a Praga, poco después de que se abriera la frontera, el olor a lignito y al escape de los motores de dos tiempos cubría toda la ciudad. Era como viajar en el tiempo. Y en cada esquina,

había un Skoda.

De una cuota así solo puede presumir Volkswagen durante uno de los cambios de turno en las plantas de su central de Wolfsburgo. Los coches parecían extraños, eran de diferentes décadas y en un estado de conservaci­ón muy diverso.

El viaje terminó muy rápido

¡Hurra!, nuestra furgoneta ya no llamaba la atención para nada. Aquello me impresionó, entendí

que durante los tiempos del telón de acero, Skoda tuvo que de ser algo muy especial. Sin embargo, nuestro viaje terminó casi nada más comenzar: en la primera noche en Praga, lo único que no se llevaron los ladrones de la furgoneta fue lo que estaba atornillad­o a ella y la caja de repuestos no fue de ninguna ayuda.

Así que tuvimos que volver en tren a Kassel –mi pueblo– en lugar de ir a una playa griega a pasar unas vacaciones de verano en familia. Aquello fue una mala experienci­a para un chico de 14 años y desde entonces, al menos por un tiempo mis padres se ponían nerviosos cada vez que veían un Skoda.

Por razones que no podía entender en ese momento (entre las que había tres niños que criar y mantener y una cuenta bancaria casi siempre vacía), nuestro siguiente coche de fue un

Mazda 626 usado (y sí, de nuevo era la mayor chatarra de la calle). Todo eso fue antes de que mi padre encontrara al asesor financiero que ha tenido hasta la actualidad. Tiempo después, hacia el final de 1998, se pudo comprar un Skoda Octavia Combi de color azul oscuro, a estrenar.

Yo ya no vivía con ellos para entonces, pero me sentí orgulloso. Era el primer Skoda de la nueva era, bendecido con la tecnología del

Golf III, diseñado por el belga

Estos 10 modelos sentaron nuevos estándares y expandiero­n los límites de la marca, justamente lo mismo que va a hacer el nuevo Skoda Enyaq iV" Bernhard Maier, ex CEO de Skoda

>> Dirk van Braeckel, un coche tan atemporal que hasta podría encajar en la gama de Mercedes de entonces.

Los hitos de Skoda

Ese Octavia fue el coche que sentó las bases del éxito actual de la marca Skoda. Ahora, los checos construyen más de 1,2 millones de automóvile­s cada año, tienen la mira puesta en la marca de los dos millones y dan un rédito con el que casi siempre se llevan alegrías en Wolfsburgo y ahora también sueñan en Ingolstadt.

Pero para comprender por qué esta marca es tan especial, o cómo es que ha tenido una vida tan asombrosa (y positiva) ya una vez dentro del grupo Volkswagen, hay que ir mucho más atrás en el tiempo. Para ello, aquí puedes ver algunos de los hitos de la historia de Skoda, empezando por el primero, del año 1905, cuando el Voiturette A vio la luz del día.

Por aquel entonces, el mundo todavía miraba con escepticis­mo hacia estos nuevos compañeros y algunos aún confiaban más en los viejos carruajes tirados por caballos. Aquel año, se vendieron 3.504 automóvile­s en Alemania (único país junto a Estados Unidos con estadístic­as de matriculac­iones durante esos años).

Sin embargo, la tendencia iba en aumento, pues el año anterior se habían vendido 2.500 unidades y, en 1906, ya casi se habían alcanzado las 5.000 matriculac­iones. En la sede actual de Skoda, en Mladá Boleslav, Laurin y Klement apostaron pronto por el automóvil. Incluso si solo era para los 10.000 primeros early adopters capaces de ganar el dinero suficiente para pagárselo por entonces.

Cinco años de trabajo

Su objetivo era hacer un coche fácil de conducir que debía ser más rápido que un carro y tener un precio atractivo. Con el Voiturette A, atrajeron a 44 compradore­s hasta 1907. Quizá, porque con un precio de 3.600 coronas, era sorprenden­temente barato: un trabajador en ese momento ganaba unas dos coronas cada día.

Así que tendría que trabajar durante cinco años (sin gastar nada) para poder tener un coche: hoy, un trabajador promedio dedica 16 meses de su sueldo a la compra de un coche. Damos un salto, ignorando la Primera Guerra Mundial, hasta llegar a los albores de la Segunda. Cuando Europa estaba a punto de ser destruida por los nazis, Skoda produce dos coches muy distintos, pero que tienen un gran impacto en la actualidad: el Superb OHV y el Popular Monte Carlo.

El primero es una berlina hermosa, espaciosa y cómoda, que puede considerar­se el abuelo del Superb actual. El segundo era un coche de masas que, como indica su nombre, aprovechab­a el tirón de una prueba que ya era famosa entonces. Tenía casi 31 CV, que no estaba mal para aquel entonces.

Pero lo más importante es su diseño, con los faros insertados en la parrilla. Si miras con detenimien­to los ojos de algún Skoda actual, puedes encontrar que estas pestañas todavía están ahí de alguna forma. Ambos modelos fueron un éxito: de los 72 Popular Monte Carlo construido­s, se vendieron 70 entre 1936 y 1939 y, entre 1936 y 1949, se produjeron un total de 890 unidades del Superb OHV, con motores de seis o de ocho cilindros.

La Skoda moderna

Por entonces, Skoda era el epítome de la construcci­ón de coches modernos. El motor de seis cilindros y 3.137 centímetro­s cúbicos ya te

nía válvulas dispuestas en la culata (OHV) y desarrolla­ba 85 CV a 3.500 rpm. Skoda, a diferencia de la mayoría de sus competidor­es, ya confiaba en un moderno sistema eléctrico de 12 V. Dando otro salto en el tiempo, llegamos al período de posguerra. Cuando el Felicia apareció, en 1959, fue un golpe de suerte para Skoda. Durante la era socialista, casi nadie tenía dinero para un descapotab­le. A diferencia de Trabant, Wartburg o Lada, Skoda logró un gran éxito internacio­nal con este modelo.

En los grandes salones del automóvil de Ginebra, Nueva York o Leipzig (y los pequeños de África y Suramérica), a la gente le encantó aquel pequeño coche que salía de la planta de Kvasiny (donde hoy se producen el Superb y el Kodiaq). En su segundo año, ya habían vendido 4.200 unidades y a las estrellas de cine en países tan lejanos como EEUU y Canadá les gustaba mostrarse con el pequeño Felicia.

Coches de competició­n míticos

En Checoslova­quia, tendía entonces a comprar más bien modelos como el 1000 MB. El cual, aunque solo se construyó entre 1964 y 1969, tuvo su influencia hasta bien entrada la década de 1990, ya dentro de la era Volkswagen. En

la sede de Mladá Boleslav, Skoda construyó una línea de producción totalmente nueva y moderna. La marca comenzó la producción en masa de coches con carrocería autoportan­te con 665 piezas prensadas y 6.900 puntos de soldadura.

La Skoda de mañana

Así, en cinco años, ya habían fabricado 440.000 coches. Su motor de cuatro cilindros era casi revolucion­ario en ese momento, con piezas de aluminio fundido ligero para los cilindros y el cigüeñal y la carcasa de la caja de cambios manual de cuatro velocidade­s, que sobrevivió hasta que Skoda fue adquirida por Volkswagen.

Hoy, la marca checa es sobre todo exitosa en mercados como el de India y China, con modelos ideados en exclusiva para esos países y se está encargando de crear una nueva plataforma para todo el grupo. El Trekka fue su primera experienci­a en este sentido, un modelo que se desarrolló y fabricó en Nueva Zelanda (entre 1972 y 1996) y del que se vendieron casi 3.000 unidades. ¿Y mañana?

En Skoda ya esperan con ansias el 1 de septiembre. Fecha en la que desvelarán el nuevo Enyaq iV, el primer Skoda diseñado desde cero como un coche eléctrico. En caso de que los clientes cambien de gustos, Skoda también es capaz de hacerlo en solo un par de años.…

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Skoda 1000 MB
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Hasta hoy, uno de los coches de Skoda más bellos de la Historia, se fabricaron 72 unidades del Roadster y el Coupé.
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Ya con la tecnología del Golf IIl, el Octavia aprovechó el nicho entre compactos y berlinas medias. En 14 años, 971.490 sedanes y 470.636 familiares salieron de la línea de montaje.
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