Audi TT RS vs Porsche 718 Cayman vs BMW M2
Enfrentamos en circuito al Audi TT RS, BMW M2 Competition y Porsche Cayman GTS 4.0. Tres deportivos que no son los más potentes ni los más rápidos de sus respectivas marcas, pero que demuestran que el tamaño no lo es todo
PARECE DE LOCOS PROBAR COCHES DEPORTIVOS en estos tiempos. Pero... ¿por qué no? Tampoco hace falta verlos como máquinas de contaminación. Estos tres modelos casi se pueden considerar como compactos un poco más ágiles de la cuenta.
Aquí enfrentamos al Audi TT RS, contra el BMW M2 Competition y el Porsche Cayman GTS 4.0. Deportivos de pura raza, pero empaquetados de una manera socialmente aceptable. ¡Comenzamos!
Los tres defienden las virtudes de su propia marca con garra, pero a su manera
La gente está ya más que acostumbrada a convivir con el Audi TT, que lleva con nosotros unas cuantas décadas. Es como el hermano deportivo del A3, aunque con el TT RS se revitaliza la tradición de los motores de cinco cilindros de Audi y, uncido a la tracción quattro, te ayuda a sentirte como Walter Röhrl en el primer Audi quattro, disputando el Campeonato del Mundo de Rallys de 1984.
Cuando aceleras a fondo arranca como un pitbull cabreado y sus 400 CV se transmiten a los cuatro neumáticos sin perder ni un ápice de potencia. Gracias a un sistema
brutal alcanza los 100 km/h en 3,7 segundos, así que no debería tener rival en carreras de aceleración.
El segundo modelo al que me subo es el M2 Competition. Reconozco que los sedanes compactos nunca han tenido fama de ser deportivos salvajes; así que se podría pensar que este BMW negro no puede ser tan peligroso. Voy a comprobarlo.
Lo que sí me parece salvaje es lo bonito que es. Además, pone en >>
>> juego todas las virtudes clásicas de BMW: instrumentación con relojes redondos en lugar de un complicado cuadro de mandos digital que nadie acierta a leer, un motor de seis cilindros en línea con tres litros de cilindrada que sube de vueltas maravillosamente y cuyos dos poderosos turbos soplan de tal manera que parece que tiene incluso más de los 410 caballos de potencia que declara; y, por supuesto, la propulsión trasera, que te hace disfrutar de la conducción como si estuvieras en un videojuego.
Cualquiera que se despierte una buena mañana y haya soñado con el primer M3, lo que debería es soñar con comprarse este M2, que es la reinterpretación perfecta del genuino deportivo de Múnich. Aunque es más pequeño, más ligero y más directo que su hermano mayor, apunta precisamente a la brecha que dejaron las primeras generaciones del M3 hace tantos años.
Además, con la transmisión manual, los conductores más puristas sentirán que han hecho un viaje en el tiempo y una razón de peso para no bajarse nunca de este coche. El M2 es el coche ideal para todos aquellos a los que les gusta derrapar sin parar, en circuito, por supuesto, porque te incita constantemente a acelerar a fondo y dejar que la trasera se mueva en las curvas. Reconozco que yo también he sucumbido a la tentación.
El Porsche Cayman, aunque con la misma pasión, se toma las cosas mucho más en serio. Es el hermano coupé del Boxster, pero desde la primera generación quedó claro que se acercaba más a un rival completamente diferente, mucho más fuerte y poderoso: el 911.
Toda la legendaria tradición que Porsche había acumulado durante generaciones con el 911, de repente, tenía un duro rival en su propia casa, el atlético Cayman. Desde el principio, el nuevo pequeño coupé alemán demostró lo que se necesita >>
A este BMW M2 le encanta derrapar. Y es más fácil de controlar que el M2 anterior