Polos opuestos: ¿sigue teniendo sentido comprar una berlina?
En un momento en el que otros segmentos arrasan, ¿tiene sentido que los fabricantes mantengan los ‘tres volúmenes’ en su catálogo?
Los SUV están muy bien, pero las berlinas siguen siendo únicas para cubrir ciertas necesidades de movilidad” Rodrigo Fersainz
ME ENCANTA CONDUCIR TODO TIPO de vehículos. Y cuanto más diferentes entre sí, mejor. Sin embargo, cuando se trata de ir de un sitio a otro situado a cierta distancia, con varias personas a bordo, un espacio generoso para todos –especialmente, en las plazas traseras–, con niños, mucho maletero para cargarlo de verdad y con un confort de marcha también real por todo tipo de carreteras, tanto por autovía como por puertos de montaña, y sin un sobrecoste no justificado en combustible... reconozco que soy aún más fan de las berlinas.
¿Romanticismo? ¿Nostalgia? ¿Ganas de ir a la contra? ¡Para nada! Incluso siendo consciente de que algunos crecimos en un mundo en el que los coches se dividían en grandes (berlinas medias o de lujo), medianos (algún compacto que tímidamente seguía las huellas del Golf ) y pequeños (todos los demás) y en el que ningún padre de familia –generalmente así, en masculino– se planteaba cumplir años sin un tres volúmenes como Dios manda(ba). No creas; ahora la fe ciega también existe. Y si antes esos valores se inculcaban hasta los años 80, luego fueron los monovolúmenes en los 90-2000 “para viajar mucho”, los diésel en general... pues actualmente la fantasía es pensar que ne-ce-si-tassí-o-sí un SUV, en cualquiera de sus infinitas modalidades. ¿Que son molones, elevados y cada vez más cómodos para acceder a ellos? ¡Sí! ¿Que están de moda y por eso son la niña
bonita para los fabricantes? ¡Lógico! ¿Que cuentan con los últimos avances tecnológicos? ¡Sólo faltaba!
Pero reconozcamos de una vez que es una cuestión de tendencias, un círculo vicioso entre lo que el mercado ofrece y el público demanda... y que para bien o para mal, la decisión de compra no suele ser del todo racional en países como el nuestro. Cada cual debe ponerse al volante de lo que quiera y es muy lícito encontrar la felicidad en un coche simplemente con bajar al garaje y ver su aspecto. ¿Dónde está el fallo? Que las berlinas siguen siendo únicas a la hora de ofrecer ciertas soluciones para determinadas necesidades de movilidad que no han pasado de moda: habitabilidad, dinamismo, coeficiente aerodinámico, menos ruido, menor sobrepeso y balanceos en condiciones similares a la de otros SUV de segmentos equivalentes... Y por eso, algunos nos resistimos a imaginar un mundo sin ellas.
Si en el futuro quedan relegadas a objetos de museo, creo que acabarán compartiendo sala con los monovolúmenes, con esos SUV nada útiles que ahora tanto deslumbran a algunos... ¡y con lo que venga!
“Siguen siendo únicas para ciertas necesidades”
Si las berlinas acaban como objetos de museo, acabarán compartiendo sala con muchos de los SUV que ahora deslumbran a algunos”
LAS VENTAJAS DE LAS BERLINAS SON incuestionables. Son coches con una buena aerodinámica, han reducido de forma notable su peso con el empleo de nuevos materiales más ligeros en su construcción, ruedan más pegados al asfalto con la consiguiente ganancia en estabilidad y a nivel de diseño lucen siluetas tan afiladas como atractivas. ¿Entonces no hay debate?
Pues sí lo hay... y mucho. Porque incluso con todas estas ventajas, se producen dos fenómenos en la actualidad: cada vez bajan más sus ventas y cada vez más marcas descartan continuar su fabricación (por ejemplo, Volkswagen abandona la carrocería berlina en el próximo Passat). ¿Dónde está entonces el verdadero problema? Pues no es tanto una cuestión de defectos de las berlinas... sino de que otras carrocerías ofrecen más ventajas. Empezando, sin duda alguna, por los SUV. Los todocaminos están presentes en todos los sectores del mercado y llegan incluso a algunos donde parecía imposible su presencia, como el de los modelos más urbanos. Seat Arona, Kia Stonic, Mitsubishi ASX... son sólo algunos ejemplos de pequeños SUV que le han comido la tostada por completo a esas pequeñas berlinas derivadas de compacto que hace 15 o 20 años
“La demanda actual está dando la espalda a las berlinas”
Cada vez bajan más sus ventas y cada vez son más marcas las que descartan su fabricación”
eran tan comunes en las ciudades, como aquellos Seat Córdoba que arrasaban en ventas.
Si avanzamos en la tallas, el dominio de los SUV sobre las berlinas resulta avasallador y ya resulta prácticamente imposible que, por ejemplo, quien tuvo un Ford Mondeo y se pasó a un Kuga vuelva a comprar un Mondeo. Aquí se muestran en todo su esplendor las ventajas del SUV frente a la berlina: más espacio interior, más maletero y, sobre todo, más confort tanto a la hora de subir al coche como a la de cargar.
Más ventajas: la sensación de seguridad y confianza que proporciona conducir desde una posición más elevada. Y otro factor a favor: la cantidad de opciones mecánicas. De hecho, no queda ya SUV sin su versión electrificada, que es hacia donde viaja el mundo del automóvil, mientras los fabricantes aplican de una manera mucho menor a las berlinas (a veces parece que sólo para cumplir y sobre modelos ya existentes) estas tecnologías híbridas, PHEV...
Y para poner la guinda, las nuevas plataformas para coches eléctricos apuestan poco por los tres volúmenes en la carrocería. Razones de sobra para ver un crecimiento futuro de las berlinas sólo en una categoría: la de los coches clásicos.