PRIMER CONTACTO Volvo XC60 MHEV y la gama Recharge del fabricante sueco
Los motores diésel aún existen y son ideales para SUV grandes como el Volvo XC60, que, además, lo combina con un módulo eléctrico
HACE YA UN TIEMPO QUE VOLVO ANUNCIÓ que dejaría de producir motores diésel para centrarse en puramente en su estrategia de electrificación. Aun así, en su gama actual sigue habiendo modelos bien interesantes como este XC60 que nos ocupa.
Y es que la versión en concreto es la B5 AWD MHEV, es decir, motor turbodiésel de 2,0 litros y 235 CV, combinado con un motor eléctrico de 48 voltios que le proporciona 14 CV extra y le hace acreedor de la etiqueta Eco de la DGT. Con todo ello la potencia conjunta del XC60 B5 MHEV es de 249 CV y un par máximo de 520 Nm. Sin olvidar que esta versión es tracción integral, lo que siempre supone un extra de seguridad, en todos los sentidos.
Se da la circunstancia de que la unidad de pruebas tiene el acabado Inscription, con lo que el XC60 incluye todo lo imaginable y más, con lo que en su interior se respira mucha calidad y ambiente premium.
Obviamente al arrancar y quedarse al ralentí, el XC60 no puede ocultar su corazón diésel y, claro, cuanto más coches gasolina conduzco, menos agradables al oído me resultan los petroletas.
Pero una vez que inicias la marcha y, sobre todo, le empiezas a exigir al XC60 B5, todos estos complejines se quedan a un lado.
Y es que los motores diésel no tienen rival si miras mucho la autonomía es en viajes largos, máxime si vas con mucha carga. Por más que le exijas, por más que te pases con
el pie derecho, el nivel del depósito cae lentamente y si durante los trayectos urbanos has frenado lo suficiente –en la pantalla del cuadro de instrumentos se refleja una pila que muestra cómo se aprovecha la carga regenerativa de las frenadas–, puedes conseguir unos kilómetros de autonomía extra.
Cuando llegan las curvas, y además de que el módulo de hibridación suave agradece la presión sobre el pedal izquierdo y te otorga fuerza extra, lo cierto es que notas diferencias notables con el XC40, con el que estoy muy familiarizado. Por una parte notas su mayor peso, pero al mismo tiempo entre su tremendo empuje y sus mayores dimensiones, el XC60 se muestra aplomado y muy estable, lo cual se agradece en un SUV de estas dimensiones.
Incluso en modo Dynamic, filtra bien todos los accidentes del firme, aunque sus gomas de perfil bajo no son precisamente muy cómodas con orografías complicadas. La dirección es bastante precisa y sincera, aunque precisamente en zonas reviradas o al hacer adelantamientos se agradecerían unas levas.
A la hora de salirte del asfalto, el XC60 AWD aporta seguridad para pequeñas aventuras por el campo, pero sus llantas de perfil bajo te hacen ser un poco conservador.
En cuanto al consumo, para tratarse de una mole de casi dos toneladas, arroja cifras bastante dignas: no son los 5,6 l/100 km que anuncia de gasto medio, pero lograr un poco más de 8 l/100 km con plena carga y alegría con el pie derecho es un dato muy notable.