“¿Por qué hacer pasar a un eléctrico por algo que no es?”
PUEDO ENTENDER LAS RAZONES por las que algunos fabricantes están optando por simular sonidos de motores de combustión en sus coches eléctricos. Puede ser un tema de marketing o un método para diferenciarse de otros modelos, especialmente, si hablamos de aquellos más prestacionales. Sin embargo, en el fondo, todos sabemos que esto no deja de ser una forma de engañarse.
Este fenómeno lo estamos viendo desde hace algún tiempo en el sector y hay varios ejemplos. En el nuevo Abarth 500e se han dedicado más de 6.000 horas en un estudio para recrear el sonido de los modelos de combustión y el nuevo Dodge Charger Daytona SRT Concept también intenta imitar el tono de un bloque térmico. Es más, empresas especializadas en sistemas de escapes como Borla están creando unos altavoces que hacen que un Mustang Mach-E suene como un Shelby GT500 o como el coche que más te guste. Los resultados están más o menos conseguidos y tienen su mérito, pero no pueden equipararse al auténtico sonido de un motor de combustión.
Pero claro, los eléctricos tampoco son iguales que los coches térmicos. Debido a la propia tecnología de estos propulsores y a cuestiones como la colocación de las baterías en el suelo, la sensación al volante de un eléctrico es muy distinta a la de un modelo diésel o gasolina. En casi todos los casos, estos coches se caracterizan por ofrecer una aceleración inmediata y un paso por curva muy bueno. Y esto no es algo malo, pero ya es una diferencia clara con la mayoría de los modelos con motor térmico, que tienden a ofrecer una experiencia diferente. Incluso los más prestacionales, que también aceleran con rapidez y pueden ofrecer un buen manejo, añaden otros factores a la conducción. Entonces, ¿por qué hacer pasar a un coche eléctrico por lo que no es?
Esto es algo que me recuerda a las hamburguesas hechas a base de vegetales. Su aspecto y sabor intenta replicar el de las de carne, pero nunca llegan a ser iguales. Entonces, ¿por qué disfrazarlas de lo que no son? Los eléctricos tienen unas características propias y eso no los hace mejores o peores. Tan solo debemos apreciarlos por lo que son.
Entonces, ¿deberíamos asumir el silencio absoluto al conducir estos coches? Claro que no, hay otras opciones. Por ejemplo, BMW ha contado con el compositor Hans Zimmer para componer sonidos para sus eléctricos. Y no, aquí no se imita el tono de un motor de seis cilindros, sino que se ha creado algo nuevo y que casi parece sacado de una película de ciencia ficción. Interesante, sin duda, ya que este tipo de ideas le pueden dar una personalidad propia a los eléctricos, en lugar de imponerles una que no es la suya.