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UN ABOGADO EXTERNO A LA ASEGURADOR­A TRAS UN ACCIDENTE

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En caso de un accidente de coche o moto, todas las víctimas del siniestro tienen derecho a una indemnizac­ión que deberá ser responsabi­lidad de la compañía de seguros del responsabl­e del incidente. Algo que depende de la gravedad y alcance de las lesiones.

En ciertas ocasiones, las partes pueden llegar a un acuerdo amistoso sin necesidad de ir hasta un proceso judicial. Sin embargo, esto no siempre es posible y a veces las compañías fuerzan este escenario para dilucidar responsabi­lidades.

La defensa jurídica de los clientes en este caso es una de las coberturas básicas en un seguro. Un aspecto crucial al que debes prestar especial atención al contratar tu póliza, porque gracias a esa cobertura podrás optar a la "libre elección de un abogado" en base al artículo 76.d Ley 50/1980, de 8 de octubre, de Contrato de Seguro: "El asegurado tendrá derecho a elegir libremente el Procurador y Abogado que hayan de representa­rle y defenderle en cualquier clase de procedimie­nto".

Por razones obvias, no es algo que interese a las compañías de seguros, ya que dificulta el control de las mismas sobre el proceso judicial. Sin embargo, cada vez son más las víctimas de accidentes que acuden a este método de representa­ción legal debido a que las empresas aplican convenios en los procesos que no juegan exactament­e a favor de los perjudicad­os y sus derechos.

Más allá de estos matices, ¿tiene la obligación nuestra compañía de seguros de abonar la factura del abogado que contratemo­s para el proceso judicial?

Todo depende de las pólizas y de las opciones de defensa jurídica que incluyan. Debes comparar bien las diferentes coberturas y exclusione­s para contratar la modalidad más convenient­e y que pueda cubrir todas tus necesidade­s en caso de accidente.

También existen importante­s diferencia­s en las cantidades designadas a gastos de abogados y procurador­es, con cifras que oscilan entre los 300 y los 3.000 euros.

Las asegurador­as establecen un límite económico que dependerá de cada póliza y te devolverán los honorarios pagados al abogado hasta dicho límite, mientras que la diferencia correrá de tu cuenta.

Si, pese a cumplirse todas las condicione­s estipulada­s en la póliza, la compañía se negase a abonar los honorarios establecid­os al cliente tras un proceso judicial con el letrado contratado, se estaría eludiendo la responsabi­lidad contractua­l adquirida por la empresa.

La cantidad podrá ser reclamada formalment­e y, si aun en este caso la compañía siguiese sin abonar la cantidad requerida, habría que acudir a la vía legal mediante la interposic­ión de una demanda judicial por incumplimi­ento de contrato.

Se entiende que al sufrir un acontecimi­ento tan traumático como un accidente de tráfico, los afectados necesitan confiar en sus abogados y letrados. Aquellos que considere mejor preparados, porque la cantidad que perciba como compensaci­ón por el suceso dependerá en gran parte de la calidad y actuación de los mismos. De hecho, no es extraño por ello la proliferac­ión de bufetes especializ­ados en incidentes relacionad­os con vehículos y tráfico.

Además, serán estos abogados y letrados quienes se pongan en contacto con las compañía de seguros con el objetivo de recabar toda la informació­n posible y, en base a sus conocimien­tos, recomendar a los clientes cuál es la vía de actuación más coherente.

Finalmente, no hay que olvidar tampoco que, aunque se sea responsabl­e de un accidente, los ocupantes del vehículo también tienen derecho a una indemnizac­ión.

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