Un Mini-maxi de Japón
Conocimos al pequeño Swift en los años 90, cuando se inundó España con el GTi de segunda generación, aunque en otros sitios de Europa llevaba ya años dando mucha guerra
SU U GRAN MOMENTO FUERONGRAN MOMENTO FUERON LOS AÑOS 80 Y 90. En esa época el Swift gozó de un éxito de ventas en toda Europa. El utilitario japonés nos conquistaba con sus motores de tres cilindros y sus versiones GTI a precios moderados. Aunque esta época de grandes cifras es cosa del pasado, sigue siendo un coche interesante. La sexta generación ( presentada en 2017) de este coche fabricado en Esztergom (Hungría), busca el equilibrio entre la utilidad de los coches pequeños –mide 3,84 metros– y la diversión al volante. Tiene un radio de giro de 9,6 metros y a una dirección asistida suave: es fácil maniobrar y aumenta las posibilidades de encontrar un hueco de aparcamiento.
Nuestro coche de pruebas fue matriculado en septiembre de 2018 y costó unos 18.000 euros. Ahora, con casi cinco años, el concesionario pide 12.980 euros por un modelo bien equipado con llantas, aire, asientos con calefacción, pantalla de 7" con navegador y cámara de marcha atrás.
Dentro, los asientos delanteros son cómodos para personas de hasta 1,85 metros de altura, mientras que los traseros son notablemente más estrechos.
¿Y cómo de seguro es el Swift? Los elementos básicos, como los airbags y el ESP, están presentes, pero el asistente de frenada de emergencia y el aviso de colisión sólo se ofrecían en paquetes opcionales que además garantizaban cinco estrellas EuroNCAP. De otro modo, obtenía tres.
Y ¿qué hay de la fiabilidad? El tapizado del asiento está ya pidiendo la hora, y lo mismo pasa con los ya gastados amortiguadores del portón trasero y los primeros signos de óxido en el frontal y el vano motor. En cuanto al cuatro cilindros, este 1,2 litros es de la vieja escuela, lo que significa que las revoluciones son esenciales a la hora de avanzar. Pero lleva pegatina C y gasta poco.