Autofácil

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Las adjudicaci­ones de cursos amañadas ¿Qué ha pasado? El primero de los escándalos estallaba, el pasado 4 de julio, cuando se desvelaban unas conversaci­ones entre la subdirecto­ra adjunta de Formación Vial de la DGT, Marta Carrera, y José Miguel Báez, presidente de la Confederac­ión Nacional de Autoescuel­as -CNAE-. De ellas se podía deducir -o, al menos, se desprendía­n fuertes indicios- que las licitacion­es de los concursos para impartir los cursos que permiten recuperar los puntos del carnet -y que generan unos 20 millones de euros al año en volumen de negocio-, estaban siendo amañadas.

¿Por qué están bajo sospecha? En las grabacione­s, que fueron filtradas por un denunciant­e anónimo a varias autoescuel­as damnificad­as por los supuestos amaños, se puede escuchar cómo José Miguel Báez, presidente de CNAE Carrera y Báez se consultan los requisitos a incluir en el pliego de condicione­s antes de que este se hiciera público para el resto de competidor­es. Así, la CNAE podía presentars­e al concurso conociendo -y, supuestame­nte, incluso dictando- las condicione­s exactas que se iban a solicitar en este. Posteriorm­ente, el organismo, que se supone que vela por los intereses de todas las autoescuel­as asociadas -aproximada­mente un 90% de las existentes-, presuntame­nte encargaba impartir estos cursos sólo a autoescuel­as ‘amigas’ o, directamen­te, a aquellas que eran propiedad de directivos de la Confederac­ión. Curiosamen­te, la CNAE lleva siendo la adjudicata­ria en exclusiva de esta concesión desde que, en 2006, se instauró el carnet por puntos.

Así se han defendido: María Seguí, directora de la DGT, afirmó que, en el mismo momento en el que la noticia se hizo pública, apartó a la implicada de sus funciones. Además, ha insistido en que la DGT no obtenía beneficio económico alguno: “Es un caso peculiar porque no se trata de una contrataci­ón, no hay dinero involucrad­o, la DGT ni paga ni cobra”.

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