EN MARCHA
En eléctrico, tiene fuerza suficiente para mover al conjunto -que pesa 1.920 kilos- sin problema con una conducción normal. Su autonomía eléctrica homologada es de 52 km, si bien lo normal es situarse en 30-35 km -en un enchufe normal tarda en cargarse unas 4 horas; en un supercargador, 20 minutos-. El motor de gasolina sobresale más por suavidad que por prestaciones -necesita 11 segundos para pasar de 0 a 100 km/h-. Su consumo, en este caso, se sitúa en torno a 8,5 l/100 km de media real. Por chasis, destaca más por comodidad y aplomo en autopista que por agilidad en carreteras de curvas.
través de los mandos que hay junto al cambio. En condiciones normales, el PHEV funciona en modo eléctrico siempre que la batería tenga carga; de lo contrario, lo hará con el motor de gasolina-. El modo Save emplea sólo la mecánica de gasolina para no consumir la electricidad de las baterías; mientras que el Charge utiliza el motor de gasolina para desplazar el coche y recargar la batería -aunque es un método de recarga lento y poco eficiente-. Por otro lado, el PHEV también recarga sus baterías en las frenadas, algo que se puede regular con las levas que hay tras el volante; tiene seis posiciones; en la más alta, hay más retención cuando no se acelera y una mayor capacidad de carga.