UN MONOVOLUMEN PARA FAMILIAS PEQUEÑAS
El salpicadero del 225xe es prácticamente idéntico al de cualquier otro Active Tourer, salvo por pequeños detalles como el botón para seleccionar los diferentes modos eléctricos que hay delante de la palanca de cambios o los indicadores del sistema híbrido del ordenador de a bordo.
Está todo en su sitio La distribución de mandos está muy lograda. En este 225xe hay gran cantidad de funciones a manejar desde los mandos principales y también desde iDrive -el mando giratorio que hay junto al cambio-, pero los primeros están bien agrupados y se localizan de un vistazo en marcha, mientras que el segundo permite navegar de una forma bastante lógica e intuitiva a través de los diferentes menús. Si acaso, mejoraría si los mandos del climatizador estuviesen ubicados un poco más arriba.
Mucha información La instrumentación es muy parecida a la de cualquier otro BMW, por lo que es clara y fácil de consultar. Se completa con un ordenador de a bordo que añade información como autonomía eléctrica e híbrida.
Referencia en su segmento Por calidad, el Serie 2 es uno de los mejores monovolúmenes: emplea buenos materiales incluso en las zonas menos visibles y el tacto de los mandos resulta agradable. Además, todo está bien ajustado y no se aprecian ruidos ni circulando por zonas bacheadas. Eso sí, hay que pagar 330e por tener luz de lectura de mapas y de cortesía en los parasoles, además de una segunda luz en el maletero. Eso sí, este pack también incluye iluminación en los pies, en las manillas de las puertas...
Como un turismo El 225xe es poco más práctico que un Serie 1, por ejemplo. Tiene suficientes huecos alrededor del conductor y una correcta guantera principal, pero no hay cajones bajo los asientos y las guanteras de las puertas tampoco son especialmente grandes. Lo más destacable es que puede tener mesitas plegables tras los asientos traseros, respaldo del copiloto abatible -cada una de estas opciones vale 216e-.