SI NO RECORRES MÁS DE 60 KM/DÍA , INTERESA
(Viene de la pág. 105)
Y, efectivamente, si uno tiene en cuenta que un 218d Active Tourer de 150 CV ya es una versión más que equilibrada de este modelo y que su precio arranca en 31.050e, parece complicado aconsejarle a alguien la compra del 225xe. Visto así, lo ideal sería que su precio fuese entre 4.000 y 5.000 menos. Por eso, es muy importante que hagas cuentas, tal y como te mostramos en el cuadro de la derecha.
Pero, ¿cómo va el 225xe?
El 225xe tiene varios modos de funcionamiento del sistema híbrido -ver recuadro de abajo-. Si nos centramos en el Auto eDrive, que será el utilizado en la mayoría de los casos y que se activa al arrancar, el 225xe no difiere gran cosa de cualquier otro Serie 2 Active Tourer con cambio automático. Si se conduce a un ritmo normal y mientras la batería tenga carga, mueve al conjunto con suficiente agilidad hasta los 80 km/h, momento en el que entra en funcionamiento el propulsor de gasolina -con mucha suavidad y sin hacer demasiado ruido-.
A partir de ahí, se une el buen empuje del 1.5 turbo tricilíndrico con el del motor eléctrico, dando como resultado una respuesta tan contundente e intensa como se espera de un coche de 224 CV que tarda 6,7 seg. en pasar de 0 a 100 km/h. Entonces, el 225xe puede ser bastante rápido, y lo normal es que el consumo se sitúe entre unos 6,0 y 7,5 l/100 km, siempre que haya batería suficiente; de lo contrario, es fácil rondar los 8,0 l.
En cuanto al cambio automático de seis marchas, es bastante suave y suficientemente rápido. Cuando se utiliza en modo manual, el 225xe no puede desplazarse sólo con el modo eléctrico.
No se comporta como un monovolumen
El comportamiento tiene poco que ver con el de otros monovolúmenes, pues destaca más por agilidad y estabilidad que por comodidad. Este 225xe pesa 1.735 kilos, pero a los mandos no se siente tan pesado. Es más, cambia de dirección con la agilidad de un compacto, e incluso el eje trasero tiene unas reacciones ligeramente deportivas si se sube el ritmo por una carretera de curvas, sin que eso suponga una mayor dificultad de conducción, pues siempre sigue la trazada indicada desde el volante con mucha precisión. Parte de la culpa la tiene una suspensión más bien firme que contiene muy bien los movimientos de la carrocería, pero que está algo lejos de la comodidad de, por ejemplo, un Citroën C4 Picasso -al que, a cambio, el BMW bate sin problema en comportamiento-.
Esto, unido a un interior menos familiar comparado con el de otros monovolúmenes -ver a la izquierda-, hace que nos encontremos con muchas alternativas con mayor vocación familiar que este 225xe; eso sí, ninguna híbrida, ni tan rápida, ni tan bien acabada.