RESPUESTA DE MIGUEL TINEO, SUBDIRECTOR:
José, existen varias razones. Las principales son de tipo técnico, dado que estos motores sólo pueden funcionar con GLP cuando la temperatura del propulsor supera los 40ºC; hasta entonces, tienen que hacerlo con gasolina -por eso, estos propulsores arrancan siempre empleando este carburante-. Además, también hay que tener en cuenta que, ante una conducción exigente a altas revoluciones, es preferible que el motor funcione con gasolina, pues ésta lubrica mucho más que el GLP y asegura una mayor fiabilidad y durabilidad del propulsor. Por ejemplo, el SsangYong Tivoli 1.6 GLP de la prueba de larga duración que realizamos el año pasado comenzaba a funcionar automáticamente con gasolina al superar las 4.500 rpm.
También existen razones -lógicas- que tienen que ver con la logística. Aunque la disponibilidad del GLP va creciendo -según la Asociación Española de Operadores de GLP, existen ya 563 estaciones de servicio en España que sirven este gas; consulta dónde se encuentran en www.aoglp.com-, no tiene sentido comercializar un vehículo que únicamente puede utilizar un carburante con una distribución restringida. Para que compares datos, en España existen, en total, más de 10.000 estaciones de servicio.