Un poco más 'soso' de lo que nos gustaría
Que un todo camino de 1.555 kg de peso sea capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos, y de alcanzar 234 km/h, es meritorio. Sin embargo, una vez llegan las curvas, el Countryman JCW es bastante eficaz, pero está lejos de ser todo lo divertido que debería ser un Mini.
VELOZ, PERO ALGO INERTE
Este Countryman es, en sus entrañas, un BMW X1. Eso repercute en que es excelente para circular por autopista por su gran aplomo y su alto confort. Sin embargo, también implica que en él no queda ni rastro de los atributos propios de Mini. Es menos ágil que su antecesor -que tampoco era un prodigio en ese aspecto-, 125 kg más pesado, y no transmite las sensaciones deportivas que sugiere su emblema John Cooper Works, aunque entra muy bien en las curvas, el buen tacto de la dirección te proporciona confianza y la suspensión, sin ser demasiado dura, impide que la carrocería incline en exceso.
UN MOTOR 'DE DIEZ'
El rendimiento del propulsor 2.0 turbo de 231 CV es muy bueno, con fuerza desde 2.000 rpm y una gran estirada entre 4.500 y 6.000 rpm. Además, suena muy bonito y el cambio automático de ocho velocidades es el complemento perfecto, pues es rápido y efectúa los cambios en el momento preciso. Por otro lado, no deja de ser un motor razonablemente eficiente para sus prestaciones: en uso normal, su consumo ronda los 8,5 l/100 km.