Las consecuencias para ti
La implantación de los nuevos protocolos de ensayo tendrá consecuencias… y no todas positivas.
Los consumos y las emisiones serán -un poco- más elevados y realistas. En 2016, el homologador holandés TNO realizó pruebas con 14 coches y estimó que un mismo modelo podía emitir entre 10 gr y 15-20 gr extra de CO2.. en función de cuántas ‘trampas’ hubiera hecho el fabricante durante la homologación con el NEDC.
Con los modelos que, por emisiones de CO2, se encuentran cerca de una ‘frontera impositiva -los umbrales son 120 gr, 160 gr y 200 gr- hay dos posibilidades. El fabricante puede reducir las prestaciones para homologar cifras más bajas, o asumir el incremento de precio derivado del aumento en el impuesto de matriculación. En 2016, el 77% de los coches que se vendieron en España homologaba menos de 120 gr/km de CO2, y no pagó impuesto de matriculación.
La prueba en mundo real o RDE se va a traducir en que casi todos los diésel van a tener que montar un sistema AdBlue… y algunos incluso un catalizador adicional denominado trampa-NOx. Esto se va a repercutir en costes de fabricación adicionales y, en última instancia, puede significar la desaparición progresiva de los motores diésel de baja cilindrada en los segmentos más modestos.